El Viaje de Lic Paola



Era un soleado lunes cuando la Lic. Paola se subió al colectivo rumbo a su primer día del diplomado para ser docente universitario. Con una sonrisa y una carpeta llena de hojas en blanco, se sentía emocionada. Sin embargo, al llegar al aula, el entusiasmo se desvaneció un poco. Los docentes que iban a guiarla eran muy serios y parecía que hablaban en un idioma extraño.

"Bienvenidos todos al diplomado!", dijo la profesora Sofía, parándose frente a la pizarra.

Pero Paola no podía concentrarse. Todo lo que la profesora explicaba sonaba confuso.

"¿Qué es un plan de estudios?" se preguntó mientras tomaba apuntes.

Fue entonces cuando Paola, asustada, empezó a sentir que no era apta para el desafío. La idea de no poder culminar el diplomado la invadió como sombras oscuras en una noche sin luna.

Esa noche, en casa, miró por la ventana y vio las estrellas.

"No puedo rendirme", se dijo. "Voy a buscar ayuda".

Así que se puso a investigar, leyendo libros, viendo videos y hablando con sus compañeros. Con el paso de los días, cada concepto que le resultaba difícil empezó a volverse más claro.

Un día, decidió juntarse con sus compañeros de diplomado, Agustín y Lucía, para estudiar juntos.

"Chicos, no entiendo cómo hacer este mapa curricular", dijo Paola con voz baja.

"No te preocupes, ¡es más fácil de lo que parece!", responde Agustín mientras dibujaba en una hoja grande.

"Además, podemos hacerlo juntos y así nos ayudamos entre todos", agregó Lucía entusiasmada.

Esa noche, mientras miraba las notas que habían tomado, Paola sintió que empezaba a iluminarse el camino.

"Esto es más divertido de lo que creía", rió mientras se distraía hablando sobre los mejores métodos de enseñanza.

Pasaron los meses, y mientras trabajaba en su plan global, Paola se dio cuenta de que realmente había crecido. Siguió asistiendo a las clases, preguntando todo lo que no entendía, y aprovechando cada oportunidad para aprender más.

Una tarde, un grupo de estudiantes ya casi todos egresados dio una charla en el diplomado.

"Hola a todos, somos ex alumnos y hemos venido a decirles que es normal sentirse perdido. El aprendizaje es un viaje, no un destino". Paola sintió que el aire le daba un respiro.

Finalmente llegó el día de presentar su plan. Nerviosa pero emocionada, se plantó frente a sus compañeros y docentes.

"Hoy voy a mostrarles mi proyecto sobre cómo enseñar a través de la creatividad", dijo con voz firme.

Mientras presentaba, Paola se dio cuenta de lo mucho que había aprendido y cómo los conceptos que antes le parecían engorrosos, ahora eran claros como el agua.

Al finalizar, la profesora Sofía la miró y le dijo:

"Paola, hiciste un trabajo excepcional. Has demostrado que con esfuerzo y dedicación, todo es posible".

Paola sintió su corazón latir con fuerza y una gran sonrisa iluminó su rostro.

"¡Yo puedo!"

Así, Lic. Paola no solo terminó su diplomado, sino que también aprendió que nunca hay que rendirse. A veces, lo que parece difícil en un principio puede convertirse en algo maravilloso si se pone el corazón y el esfuerzo. Las estrellas brillarían siempre para ella como un recordatorio de que, a pesar de la adversidad, el camino siempre se puede iluminar.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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