El Viaje de Lila a Zorath
En un rincón del universo, existía un planeta lejano llamado Zorath. En Zorath, los días eran más largos, los árboles eran de colores brillantes y los animales podían hablar. En este planeta vivía una joven heroína llamada Lila. Ella soñaba con explorar el espacio y conocer nuevos mundos. Un día, mientras caminaba por el bosque, encontró un antiguo libro de aventuras.
"¡Mirá, es un libro de exploraciones!" - exclamó Lila al abrirlo.
Las páginas estaban llenas de relatos sobre viajantes en el tiempo y planetas misteriosos. Un pasaje llamó especialmente su atención. Decía que había una máquina del tiempo escondida en la montaña más alta de Zorath. El corazón de Lila comenzó a latir con fuerza.
"¡Debo encontrar esa máquina!" - dijo mientras se ataba los zapatos, lista para la aventura.
Con su mochila llena de bocadillos y su linterna, Lila se adentró en el bosque. En su camino, se encontró con una ardilla muy habladora llamada Suri.
"¿Adónde vas tan apurada?" - preguntó Suri, estirando su cola.
"Voy a buscar la máquina del tiempo para viajar a otros planetas y vivir aventuras increíbles. ¿Te gustaría acompañarme?" - ofreció Lila.
Suri, emocionada, aceptó de inmediato.
"¡Claro que sí!" - dijo Suri con una sonrisa. "¡Las aventuras son más divertidas en compañía!"
Las dos amigas empezaron a trepar la montaña. En el camino, encontraron cosas asombrosas: piedras que brillaban como estrellas y flores que cantaban melodías suaves. Pero también se toparon con un dragón pequeño que parecía muy triste.
"¿Por qué lloras, querido dragón?" - le preguntó Lila.
"No puedo volar porque mis alas están atrapadas en la red de un cazador" - sollozó el dragón.
Lila sintió un gran deseo de ayudar.
"Suri, ¡tenemos que ayudarlo!" - exclamó.
Así que se acercaron con cuidado y, usando algunas flores cantoras para distraer al cazador, lograron liberar al dragón.
"¡Muchas gracias!" - dijo el dragón, aleteando sus alas. "Soy Drago y, como muestra de gratitud, quiero acompañarlas en su aventura."
"¡Sí! Cuantos más, mejor!" - sonrió Lila.
Finalmente, después de muchas peripecias y risas, llegaron a la cima de la montaña. Allí, encontraron un antiguo templo con la inscripción: "La máquina del tiempo espera a quienes son valientes y tienen un corazón puro".
Al entrar, vieron una increíble máquina llena de luces y sonidos.
"¡Es maravillosa!" - dijo Lila. "¿Qué planeta deberíamos visitar primero?"
"¡Yo quiero conocer un planeta lleno de dulces!" - dijo Suri.
"Y yo quiero ver las estrellas que brillan en colores raros, como en una pintura" - agregó Drago.
Así que, Lila giró una palanca brillante y, en un instante, se encontraron rodeados de confites y caramelos. El planeta, llamado Dulcedalia, era un lugar fantástico donde todo era comestible.
Mientras exploraban, un caramelo llamado Gummy se les acercó, preocupado.
"¿Pueden ayudarme? He perdido mi sabor y todos en el reino están tristes. Sin él, no puedo hacer sonreír a nadie."
Lila, Suri y Drago sabían que tenían que ayudar.
"No te preocupes, Gummy. ¡Juntos encontraremos tu sabor!" - dijo Lila.
Emprendieron una nueva búsqueda por el reino de Dulcedalia, donde probaron cada dulce y caramelito. Finalmente, encontraron una fuente mágica que necesitaba ser limpiada de polvo. Una vez que lo hicieron, el sabor regresó a Gummy.
"¡Lo logramos! Ahora todos volverán a sonreír" - acotó Suri, feliz.
Con su misión cumplida, decidieron que era hora de regresar a Zorath.
"¿Cuál será nuestra próxima aventura?" - preguntó Drago mientras volaban hacia casa.
"No lo sé, pero sé que juntos podemos conquistar cualquier reto" - respondió Lila, sonriendo.
Y así, la heroína, la ardilla y el dragón continuaron viajando, explorando nuevos mundos, ayudando a aquellos que lo necesitaban y viviendo increíbles aventuras. Lila aprendió que la verdadera aventura no está solo en los lugares que exploras, sino también en los amigos que haces y la bondad que compartís.
Y así, Lila, Suri y Drago se convirtieron en leyendas en todos los planetas que visitaban, cada aventura más emocionante que la anterior.
FIN.