El Viaje de Lila hacia su Espejo
Había una vez en un tranquilo barrio de Buenos Aires, una niña llamada Lila. Lila era una nena muy especial, pero tenía un gran problema: no estaba contenta con su apariencia. Tenía el cabello rizado, la piel llena de pecas y unos dientes que, aunque eran sanos, no estaban tan alineados como los de sus compañeros. Cada vez que se miraba en el espejo, la tristeza se apoderaba de ella.
"¿Por qué no puedo ser como las otras niñas?" -se quejaba a su mamá."Siempre me miran raro".
Una tarde, mientras caminaba sola hacia el parque, Lila escuchó una voz suave que la llamaba.
"¿Lila?"
Era una anciana de cabello plateado, sentada en una banca, con un bastón de madera.
"¿Cómo sabes mi nombre?" -preguntó Lila, desconfiada.
"Porque he visto a muchas niñas pasar y siempre he sentido su tristeza. Pero tú tienes un brillo especial" -respondió la anciana con una sonrisa cálida.
"No puedo ver nada especial en mí".
"A veces, los espejos no reflejan lo que realmente somos" -dijo la anciana.
Esa noche, Lila no pudo dejar de pensar en las palabras de la anciana. Decidió que en enero de 2023, quería un cambio. No solo físico, sino también en su manera de pensar.
Al comienzo del nuevo año, Lila hizo un trato con ella misma. "Voy a mejorar mi actitud y aceptarme como soy". Así que comenzó a hacer ejercicio divertido jugando al fútbol con sus amigos y a saltar la cuerda en el parque. De a poco, notó que su cuerpo se sentía más fuerte y ágil.
Un día, mientras estaba en el parque, Lila decidió unirse a un grupo de chicos que estaban jugando a la pelota.
"¿Puedo jugar con ustedes?" -preguntó tímidamente.
"Claro, vení!" -respondió uno de los chicos.
Era su primera vez en un partido de fútbol y se sentía nerviosa. Pero al correr tras la pelota, se dio cuenta de que estaba disfrutando de cada momento, riéndose y sintiéndose parte del grupo.
"¡Sos buena!" -gritó uno de los chicos.
Con los días, comenzó a hacer nuevos amigos y a olvidar sus inseguridades. La risa y la amistad le devolvieron la alegría. Además, Lila comenzó a cuidar mejor de sí misma, comiendo frutas y verduras, y aprendiendo a peinar su cabello rizado de manera divertida.
Sin embargo, su camino no fue sencillo. Un día, un grupo de compañeritos la miró y algunos se rieron.
"¡Mirá a Lila!" -se burlaron.
Ella sintió que el nudo en su estómago regresaba, pero recordó las palabras de la anciana y el esfuerzo que había hecho. En vez de enojarse, hizo lo que había aprendido:
"La belleza no es solo como nos vemos, también es cómo tratamos a los demás y cuánto nos queramos a nosotros mismos. Así que, en vez de reírse, deberían intentar ser un poco más amables".
Sus compañeritos se quedaron en shock y la miraron de una manera diferente.
"No lo había pensado así" -respondió uno de ellos.
A partir de ese momento, Lila no solo se convirtió en una niña activa que jugaba fútbol, sino que también se volvió una fuente de inspiración para aquellos que la rodeaban. Les enseñó a sus amigos sobre la importancia de la aceptación y de llenar los corazones de alegría y amabilidad, sin importar la apariencia.
Finalmente, en el festival de fin de año del colegio, Lila fue elegida para representar a su clase en una obra de teatro. Al subir al escenario, sentía que su corazón latía con fuerza, pero recordó que ya no era la niña insegura de antes. Con una gran sonrisa, miró al público y decidió dar lo mejor de sí.
Cuando terminó la actuación, todos la aplaudieron entusiastas. La anciana que la había inspirado estaba entre el público, sonriendo con orgullo. Lila se dio cuenta de que había recorrido un largo camino, entendiendo que la verdadera belleza comienza desde adentro y que la autoestima y la bondad pueden cambiar su mundo.
Desde entonces, Lila se miró en el espejo y esta vez, vio lo que realmente era: una niña valiente, amable y llena de energía.
Y así, Lila siguió creciendo y aprendiendo, siempre recordando que cada uno es especial a su manera, y que lo más importante es quererse a uno mismo.
Este cuento se terminó con una hermosa frase que Lila compartía:
"La belleza es ser tú mismo y nunca dejar que nadie te haga sentir menos".
FIN.