El Viaje de Lila la Mariposa



En un hermoso jardín lleno de flores de colores vibrantes y aromas perfumados, vivía una mariposa llamada Lila. Lila era conocida por sus alas moradas y azules que brillaban bajo el sol. Aunque disfrutaba volar por el jardín, siempre tuvo un deseo: viajar más allá de las flores que conocía. Un día, mientras descansaba sobre un petalo de girasol, Lila le dijo a su amiga la abeja, Beatriz:

"Beatriz, quiero conocer otros jardines. ¿Te imaginas ver flores que nunca hemos visto?"

"¿Pero dónde irías? Este jardín es nuestro hogar", respondió Beatriz preocupada.

"Quiero aventurarme, aunque solo sea por un día. Hay un mundo más allá de este lugar", insistió Lila.

Convencida de su deseo, Lila se preparó para su viaje. Al amanecer del día siguiente, despegó en su vuelo. Mientras se alejaba del jardín, sintió una mezcla de emoción y un poco de miedo.

Tras volar un buen rato, llegó a un bosque. Allí, las mariposas eran de todos los coloresDelirantes. Lila se acercó a una mariposa amarillo brillante que se presentaba como Sol:

"¡Hola! Soy Lila, y vengo de un jardín hermoso. ¿Te gustaría mostrarme tu hogar?"

"Claro, ¡ven!" contestó Sol con entusiasmo.

Las dos mariposas volaron juntas a un encantador claro del bosque. Allí, Lila se sorprendió al ver flores que nunca antes había visto: flores de sonidos, flores danzantes y flores que cambiaban de color. Lila no podía parar de admirar cada rincón y burbujear de alegría. De repente, notó que el cielo se oscurecía rápidamente:

"¿Qué está pasando?" preguntó, algo asustada.

"Es una tormenta. Debemos regresar a un lugar seguro", contestó Sol.

Lila, sin saber cómo regresar al jardín, decidió en ese momento que necesitaba aprender a orientarse. Así que, aprovechando la oportunidad, le preguntó a Sol:

"¿Cómo sabes volver a casa en medio de una tormenta?"

"Hay que conocer las posiciones del sol y las constelaciones. Hay que prestar atención a los signos de la naturaleza", explicó Sol, mientras ambas se refugiaban en una pequeña cueva.

Las horas pasaron y la lluvia cesó. Mientras tanto, las dos mariposas compartieron historias sobre sus hogares y sueños. Lila se sintió inspirada. Comprendió que no solo volar hacia lo desconocido era emocionante, sino que aprender de otros era igual de maravilloso.

Finalmente, Lila decidió volver a su hogar. Despidió a Sol:

"Gracias por tu amabilidad, volveré a este bosque un día. Prometo aprender más sobre la navegación en mis futuros viajes".

"Estaré esperando, Lila. Recuerda, siempre es bueno tener una brújula y un mapa de los lugares que venís explorando".

Al llegar a su jardín, Lila encontró a Beatriz preocupada:

"Lila, ¡te estaba buscando! Pensé que no volverías".

"No te preocupes, aprendí mucho y ahora sé que puedo explorar siempre que me prepare bien".

Convertida en una mariposa aventurera, Lila prometió a Beatriz que sería su compañera de aventuras en el futuro. Juntas, decidieron estudiar los secretos de las estrellas y los vientos.

Y así, Lila la mariposa nunca dejó de explorar y aprender, y siempre volvía a contarle a Beatriz sobre sus aventuras. Había descubierto que el viaje no era sólo el destino, sino también las amistades hechas y los conocimientos adquiridos por el camino.

Lila, Beatriz y sus nuevas amigas mariposas siguieron explorando, siempre dispuestas a volar hacia nuevas experiencias, llenando su jardín de historias y encantos.

Y así terminaba un día más en el hermoso jardín, donde siempre había espacio para soñar y aprender.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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