El Viaje de Lila y el Arcoíris



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Colores del Viento, una chica llamada Lila que tenía un gran sueño: quería conocer el fin del arcoíris. Desde que era muy pequeña, Lila miraba fascinado cómo los colores se entrelazaban en el cielo después de una lluvia. Creía firmemente que al final de un arcoíris había un tesoro escondido, así que decidió emprender una aventura para encontrarlo.

Un día, después de una fuerte tormenta, un brillante arcoíris apareció en el cielo. Lila corrió hacia el campo, emocionada, con su perrito Tobi a su lado.

"¡Mirá, Tobi! ¡Es nuestra oportunidad! ¡Vamos a encontrar el tesoro!" - exclamó Lila, sacudiendo su pelito rizado.

Tobi, un pequeño cocker spaniel de orejas largas y suaves, movió su cola con entusiasmo.

"¡Guau! ¡Guau! ¡Vamos!" - ladró el perrito, mientras Lila lo guiaba hacia el arcoíris.

Lila y Tobi corrieron, pero a medida que se acercaban, se dieron cuenta de que el arcoíris no estaba donde pensaban. En vez de eso, se encontraban en un gran bosque lleno de árboles altos y murmullos misteriosos.

"¿Dónde está el final del arcoíris?" - preguntó Lila, mirando a su alrededor.

"Quizás hay que seguir los colores, Lila" - sugirió Tobi, moviendo su cola.

Decididos a seguir el camino, los dos amigos siguieron los colores del arcoíris. Pronto llegaron a un río de agua cristalina.

"¡Mirá, Tobi! ¡El río es del color azul del arcoíris!" - dijo Lila con asombro.

"¡Sí! Pero ¿cómo cruzamos?" - preguntó Tobi.

Lila pensó un momento. No había un puente y el río parecía profundo.

"¡Ya sé! ¡Voy a construir una balsa!" - dijo Lila, emocionada.

Reunió algunas ramas y hojas grandes y, junto a Tobi, logró armar una pequeña balsa. Sin embargo, cuando estaban a punto de cruzar, una tortuga gigante llamada Pánfilo asomó la cabeza del agua.

"¿A dónde van, pequeños aventureros?" - preguntó Pánfilo, mirando con curiosidad.

Lila se acercó lentamente.

"Estamos buscando el tesoro del fin del arcoíris" - explicó.

"Ah, los tesoros son increíbles, pero ¿sabían que lo que realmente importa es el viaje?" - dijo la tortuga, mientras se acercaba a la orilla.

Lila y Tobi, sorprendidos, escucharon con atención.

"Debemos aprender a apreciar lo que encontramos en el camino. Los colores del arcoíris están en cada uno de nosotros" - continuó Pánfilo.

Intrigados, Lila y Tobi decidieron escuchar los consejos de Pánfilo. La tortuga les enseñó sobre la vida en el río, como la importancia de ayudar a los demás y mantener el agua limpia para los peces que vivían allí. Finalmente, siguieron su camino, dejando atrás el río.

Siguiendo los colores, Lila y Tobi llegaron a un campo lleno de flores brillantes.

"¡Mirá! ¡Son del mismo color que el arcoíris!" - dijo Lila con alegría.

"¡Qué hermoso lugar!" - ladró Tobi, olfateando las flores.

Pero de repente, se dieron cuenta de que una pequeña mariposa estaba atrapada entre dos hojas.

"¡Ayuda!" - gritó la mariposa con vocecita.

"¡Vamos a ayudarla!" - exclamó Lila.

Lila utilizó sus manos para abrir suavemente las hojas mientras Tobi la animaba.

"¡No te preocupes, pequeña! ¡Ya casi estás libre!" - dijo Tobi.

Finalmente, la mariposa salió volando, dando vueltas con alegría.

"¡Gracias, gracias!" - dijo la mariposa emocionada.

"¿Cómo te llamas?" - preguntó Lila.

"Soy Lila también, como vos. Todos los colores del arcoíris son un regalo, pero hay que compartirlos, como ustedes compartieron su tiempo conmigo" - explicó la mariposa.

Las palabras de la mariposa hicieron reflexionar a Lila.

"¿Qué tal si compartimos este hermoso lugar con todos en el pueblo?" - propuso Lila.

"¡Sí! Es una gran idea!" - ladró Tobi.

Así que Lila y Tobi decidieron construir un pequeño jardín en su pueblo, invitando a todos a plantar flores y disfrutar de la belleza del arcoíris. Al final, Lila se dio cuenta de que el verdadero tesoro no estaba al final del arcoíris, sino en todas las experiencias y amistades que había hecho durante el viaje.

"Nunca pensé que seguir el arcoíris me traería tanto" - sonrió Lila mientras miraba el jardín lleno de colores.

"A veces, es mejor disfrutar el camino y lo que encontramos en él" - agregó Tobi, saltando entre las flores.

Y así, en Colores del Viento, Lila y Tobi aprendieron a valorar cada momento, creando un lugar donde la belleza del arcoíris brillaba en cada rincón, gracias a su amistad y su deseo de compartir. Y, al final, cada vez que llovía y aparecía un arcoíris, Lila sonreía, sabiendo que el tesoro ya estaba con ella.

FIN.

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