El Viaje de Lila y el Bosque de colores
Una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía una niña llamada Lila. Lila era una niña curiosa y amante de la naturaleza. Todos los días, después de la escuela, exploraba el bosque cercano, donde encontraba flores de todos los colores y animales amistosos. Un día, mientras recogía flores, se dio cuenta de que había un sendero que no había visto antes. Con el corazón lleno de emoción, decidió seguirlo.
A medida que Lila avanzaba por el sendero, comenzó a notar que los colores del paisaje cambiaban. Las hojas de los árboles se tornaban violetas, el suelo se cubría de un suave césped amarillo y el cielo brillaba con un tono naranja. Asombrada, se detuvo y observó cómo un grupo de mariposas de colores vibrantes volaba a su alrededor.
"¡Hola! ¿Quiénes son ustedes?" - preguntó Lila, maravillada.
"¡Hola! Somos las Guardianas del Bosque de Colores. Este bosque tiene magia, pero se ha empezado a desvanecer porque los niños han dejado de venir a jugar aquí" - respondió una mariposa dorada.
Lila se sintió un poco triste al escuchar esto. Entonces, decidió que ayudaría a restaurar la magia del bosque. Las Guardianas le dijeron que para traer de vuelta los colores, necesitaba recolectar cinco objetos especiales que representaran la alegría, la amistad, la creatividad, la valentía y la curiosidad.
"¿Dónde puedo encontrarlos?" - preguntó Lila.
"Cada uno de ellos se encuentra en un rincón especial del bosque. Pero ten cuidado, porque el Bosque de Colores también tiene un guardián: el Dragón de la Niebla, que se siente solo y no le gusta que nadie se acerque a su hogar" - advirtió una de las mariposas.
Lila, consciente del peligro, aceptó el desafío y se adentró en el bosque. El primer objeto, el símbolo de la alegría, lo encontró en una clara llena de risas de niños que jugaban. Aquellos niños añoraban la diversión del bosque. Lila se unió a ellos y juntos, con risas y juegos, lograron recuperar la alegría.
"¡Esto fue increíble! ¡Debemos hacer esto más a menudo!" - dijo uno de los niños.
"¡Sí!" - exclamó Lila. "Esto le hará bien al bosque."
El segundo objeto, el símbolo de la amistad, estaba escondido bajo un árbol viejo. Lila descubrió un nido de pájaros que estaban tristes porque no podían volar. Después de ayudar a los pájaros, ellos se convirtieron en sus amigos y le regalaron una pluma de colores como símbolo.
El tercer símbolo, la creatividad, lo encontró en una cueva llena de pinturas naturales. Lila se quedó maravillada y comenzó a pintar lo que veía. Una vez que terminó, el eco de su risa llenó la cueva, y la magia de la creatividad comenzó a brillar.
El cuarto objeto, la valentía, fue el más difícil de conseguir. Lila debía cruzar un río caudaloso. A pesar de tener un poco de miedo, recordó que tenía a sus nuevos amigos para apoyarla. Juntos construyeron un puente con troncos y lograron cruzar. Lila se sintió valiente al haberlo conseguido y encontró una roca reluciente que representaba la valentía.
Finalmente, para encontrar el objeto de la curiosidad, Lila se acercó a la casa del Dragón de la Niebla. Un aire de preocupación la envolvió, pero recordó las risas y la amistad que había cultivado. Lila decidió acercarse al dragón.
"Hola, Dragón. Sé que te sientes solo, pero el bosque está triste sin ti. Ven a jugar con nosotros" - dijo Lila con valentía.
"¿Jugar? Pero yo asusto a todos..." - murmuró el dragón.
Lila, con su corazón lleno de empatía, le respondió:
"No eres un monstruo, eres grande y fuerte. Puedes ser el mejor amigo de todos si te dejas conocer. Los niños te van a querer".
El dragón, movido por las palabras de Lila, decidió salir de su cueva. A partir de ese día, su soledad se convirtió en amistad, y el dragón se unió a los niños y a Lila en sus juegos, aliviando la tristeza del bosque.
Con los cinco objetos en mano, Lila y las Guardianas hicieron una ceremonia mágica. Lila colocó los objetos en el centro del bosque y, al recitar las palabras mágicas que las mariposas le enseñaron, el bosque volvió a llenarse de colores y risas.
Desde ese día, el Bosque de Colores se llenó de alegría y siempre había niños jugando. Lila se dio cuenta de que, a veces, solo hace falta un poco de valentía y un nuevo amigo para cambiar el mundo. Y así, el bosque y la amistad florecieron para siempre.
FIN.