El Viaje de los Colibríes
Había una vez en un pequeño pueblo en las montañas de Argentina, un grupo de colibríes muy curiosos y valientes. Estos colibríes, llamados Mía, Lalo, y Tita, vivían en un hermoso jardín donde las flores de todos los colores abundaban.
Un día, escucharon a los pájaros migratorios contar historias sobre la tierra prometida, un lugar llamado 'La Tierra de las Flores Eternas', al otro lado de las montañas.
Los colibríes se emocionaron al escuchar sobre la abundancia de flores y decidieron emprender su propio viaje hacia dicho lugar. Empacaron sus pequeñas mochilas con provisiones y se despidieron de sus amigos del jardín. - '¿Adónde van?' preguntó nerviosamente un sapito. - 'Vamos a la Tierra de las Flores Eternas', respondió Mía.
- 'Eso suena emocionante', dijeron los amigos mientras agitaban sus alas despidiéndose. Los valientes colibríes volaron sobre las montañas y sobre los campos, enfrentando vientos fuertes y desafíos inesperados.
En su viaje, conocieron a otros animales migratorios que compartieron historias y les dieron consejos para superar los obstáculos. Uno de ellos, una águila sabia llamada Don Ernesto, les advirtió sobre un valle peligroso lleno de ráfagas de viento impredecibles.
'Deben volar juntos y ayudarse mutuamente para atravesar el valle', aconsejó Don Ernesto. Los colibríes agradecieron su consejo y prometieron volar en fila, protegiéndose unos a otros. Al llegar al valle, enfrentaron las ráfagas de viento, pero mantuvieron su promesa de volar juntos. Finalmente, emergieron del valle, exhaustos pero unidos.
Llegaron a la Tierra de las Flores Eternas, donde encontraron prados repletos de flores de todos los colores.
Los colibríes se maravillaron ante tanta belleza y se dieron cuenta de que el verdadero tesoro era la amistad y la valentía que los había llevado hasta allí. Emprendieron el regreso a casa, llenos de historias emocionantes para compartir con sus amigos. Al llegar al jardín, los colibríes relataron su aventura a los demás animales, inspirando a muchos a seguir sus propios sueños.
Desde entonces, cada vez que volaban sobre las montañas, recordaban el poder de la amistad y la valentía que los llevó a la Tierra de las Flores Eternas.
FIN.