El Viaje de los Colibríes a Chile
En un lejano bosque, donde los árboles eran tan altos que acariciaban las nubes, vivía un grupo de colibríes. Eran ochenta colibríes de colores brillantes, y cada uno de ellos soñaba con volar más allá de su hogar. Entre ellos, había uno llamado Lila, que siempre había escuchado historias sobre un lugar mágico: Chile.
"¿Por qué no vamos a Chile?" - dijo Lila un día, mientras sus amigos picoteaban flores.
"Pero, Lila, ¿y si no es tan hermoso como dicen?", respondió Coco, otro colibrí de plumas verdes.
"Pero, ¿y si es aún más hermoso?" - contestó Lila con entusiasmo.
Finalmente, después de un largo debate, los colibríes decidieron emprender el viaje. Se prepararon para la aventura, llenando sus picos con néctar y partieron al amanecer.
Mientras volaban hacia el sur, se encontraron con un grupo de mariposas que danzaban en el aire.
"¿Adónde van tan temprano?" - preguntó una mariposa amarilla.
"A Chile, porque hemos oído que es un lugar hermoso, lleno de flores y paisajes espectaculares" - respondió Lila, emocionada.
Las mariposas intercambiaron miradas y rieron.
"Puede que se sorprendan, en el camino van a encontrar un mundo de maravillas, pero también algunas dificultades" - dijo una mariposa vieja con alas desgastadas.
"No nos importa, somos valientes" - aseguró Lila.
Así continuaron su viaje, atravesando campos de tallos altos y ríos de agua cristalina, descubriendo cosas nuevas en cada parada. Pero, a medida que se acercaban a Chile, se desató una tormenta feroz. Los vientos soplaron con fuerza, haciendo que los colibríes lucharan para mantenerse en el aire.
"¡No podemos seguir así!" - gritó Coco, asustado.
"¡Solo necesitamos encontrar un refugio!" - respondió Lila, tratando de mantener la calma.
Después de lo que pareció una eternidad, Lila avistó un árbol grande y frondoso. Los colibríes se refugiaron en sus ramas mientras la tormenta rugía a su alrededor.
Una vez que la tormenta pasó, un hermoso arcoíris iluminó el cielo, y el sol brilló de nuevo. Los colibríes se asomaron de su refugio.
"¡Miren!" - exclamó Lila con los ojos brillantes "¡Ese debe ser Chile!"
Frente a ellos, se extendía un valle repleto de flores en diferentes tonos, montañas majestuosas y un mar brillante y azul.
"Es todavía más hermoso de lo que imaginamos" - susurró Coco, maravillado.
Los colibríes comenzaron a volar entre las flores, deleitándose con el néctar más dulce que jamás habían probado. Jugaron con las mariposas, exploraron los campos y se sintieron felices de haber tomado esa decisión. Pero a medida que pasaban los días, Lila notó que algunas flores empezaban a marchitarse.
"¿Por qué se están marchitando?" - preguntó preocupada.
Una mariposa anciana se acercó a Lila.
"La belleza de Chile también necesita ser cuidada. Cuando todos venimos a disfrutar de sus maravillas, debemos asegurarnos de proteger lo que amamos" - dijo la mariposa sabiduría.
Lila, emocionada por la idea, convocó a todos los colibríes.
"¡Amigos! ¡Debemos ayudar a cuidar este hermoso lugar!" - exclamó Lila.
Y así, los colibríes empezaron a recolectar semillas, cuidaron de las flores y alertaron a otros seres del bosque sobre la importancia de preservar lo que los rodeaba. No solo disfrutaron de la belleza de Chile, sino que también se convirtieron en sus guardianes.
Cuando llegó el momento de regresar a su hogar, los colibríes no solo llevaban consigo el recuerdo de un lugar mágico, sino también un nuevo compromiso de cuidar la belleza que siempre habían amado.
"¿Volveremos a Chile algún día?" - preguntó Coco mientras volaban de regreso.
"¡Claro! Y esta vez, lo haremos juntos, protegiendo lo que habremos disfrutado" - respondió Lila, sonriendo.
Y así, los colibríes no solo descubrieron un lugar hermoso, sino que también aprendieron la importancia de cuidar el mundo que los rodea, haciendo de su viaje una experiencia inolvidable y significativa.
Desde entonces, cada primavera, los colibríes regresaban a Chile, felices no solo de disfrutar de su belleza, sino de protegerla también.
FIN.