El viaje de los colores



Había una vez en el tranquilo bosque de colores, un alegre sol amarillo que irradiaba luz y alegría a todos los habitantes. El conejito saltarín, Blanco, se despertó emocionado por el nuevo día.

- ¡Buenos días, sol! ¿Qué aventura nos espera hoy? -exclamó Blanco. El sol respondió con entusiasmo: - Hoy vamos a contar todos los colores del arcoíris y a encontrar formas divertidas en el bosque.

¿Estás listo para empezar, pequeño explorador? Blanco, emocionado, asintió y juntos comenzaron su travesía. En el camino, se encontraron con Rojo, un vivaz pajarito que les mostró la belleza de las frutas maduras y de las flores encendidas.

Luego, se toparon con Azul, una brillante mariposa que les enseñó la serenidad del arroyo y la profundidad del cielo. Continuaron su recorrido y descubrieron a Amarillo, una traviesa abeja que les demostró la alegría del sol y la vitalidad de los girasoles.

Mientras exploraban, se unieron a ellos Verde, un juguetón sapito que les reveló la frescura de las hojas y la vida del bosque. Por último, llegaron a Violeta, una dulce mariposa que les mostró la elegancia de las flores y la magia del atardecer.

Asombrados por la diversidad de colores y la belleza de las formas, Blanco y sus amigos comprendieron la importancia de apreciar la variedad que los rodeaba.

Al atardecer, el sol amarillo se despidió con un cálido resplandor, y Blanco, agradecido por la maravillosa jornada, susurró: - Gracias, sol, por un día inolvidable. Y así, entre risas y colores, terminó el mágico viaje de los colores.

FIN.

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