El viaje de los colores



En un lejano pueblo llamado Arcoíris, todos los días el sol brillaba con intensidad, y el cielo se llenaba de colores que alegraban a sus habitantes. En este pueblo vivían los colores, cada uno con su propia personalidad y estilo.

Había un color especial llamado Arco, quien era el encargado de mantener la armonía entre los demás colores. Un día, Arco notó que los colores estaban peleando entre sí, cada uno quería demostrar que era el más importante.

Esto entristeció tanto a Arco que decidió emprender un viaje en busca de la solución al conflicto. - ¡No podemos seguir peleando! Si cada uno de nosotros cumple su papel, juntos crearemos cosas maravillosas – les dijo Arco a los demás colores.

Con determinación, Arco partió en su viaje, recorriendo valles, montañas y ríos.

En su travesía, conoció al color Verde, quien le enseñó la importancia de la naturaleza y el respeto por el medio ambiente; al color Azul, quien le mostró la tranquilidad que puede aportar al espíritu; y al color Amarillo, quien le enseñó la alegría de iluminar la vida de los demás. Con cada encuentro, Arco aprendía nuevas lecciones.

Finalmente, Arco regresó al pueblo de Arcoíris, y compartió con los demás colores todas las lecciones que había aprendido en su viaje. Los colores entendieron que, aunque cada uno era único, juntos podían crear un mundo maravilloso.

Desde ese día, en Arcoíris reinó la paz y la armonía, y los colores trabajaron en equipo para embellecer el mundo con su magia.

Y así, la lección de Arco se transmitió a todos los habitantes del pueblo, quienes aprendieron que la verdadera belleza surge cuando todos colaboran y se respetan mutuamente, celebrando la diversidad y el trabajo en equipo.

FIN.

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