El Viaje de los Colores



Había una vez un pequeño pueblo llamado Arcoíris, donde vivían criaturas de todos los colores imaginables: Rojo, Azul, Verde, Amarillo y todos los demás. Cada uno de ellos se enorgullecía de su color, pero no se hablaban mucho entre sí. Todos pensaban que su color era el más bonito y creían que los otros no tenían mucho que ofrecer.

Un día, Rojo decidió que era hora de un cambio y organizó una reunión entre todos los colores.

-Rojo: "¡Hola a todos! ¡Quiero que nos reunamos para ver qué podemos hacer juntos!".

- Azul: "¿Pero qué podemos hacer? Mi color es el más bonito y todos lo saben. ¿Para qué necesitaríamos a los demás?".

- Verde: "Sí, pero ¿no sería increíble combinar nuestros colores? Podríamos crear algo único y maravilloso."

A pesar de que a algunos colores no les entusiasmaba la idea, se animaron a asistir a la reunión. Allí, Rojo, que era el más animado de todos, propuso un juego:

-Rojo: "¡Hagamos una pintura gigante! Cada uno puede aportar su color y veremos qué podemos crear juntos!".

A los demás colores les pareció una idea divertida, así que cada uno llevó sus pinceles y botes de pintura. Primero, comenzó Rojo, pintando un gran corazón en el centro de la tela. Luego, se unió Verde, llenando de hojas y flores alrededor. Después vino Amarillo, añadiendo un sol brillante en la esquina. Cuando llegó el turno de Azul, dudó.

- Azul: "¿Y si mi color no combina?".

- Verde: "¡Vamos, amigo! No hay forma de que no combine. ¡Hazlo!".

Con un poco de ánimo, Azul se lanzó y pintó un hermoso cielo sobre el corazón y el sol. El cuadro empezaba a parecerse más a un verdadero paisaje, y cuando Violet llegó, añadió un arcoíris que conectó todo, haciendo que todos los colores se vean más vibrantes. Era un espectáculo maravilloso.

Mientras pintaban, empezaron a hablar entre ellos.

-Amarillo: "¿Sabían que cada uno de nosotros puede hacer que el sol brille más?".

-Rojo: "Sí, y que sin las hojas de Verde, no tendríamos aire puro."

- Azul: "¿Y cómo se siente ser parte del cielo sin mí?".

Y así, cada color iba mencionando cómo eran importantes para el otro y cómo cada uno contribuía a la belleza del mundo. Pero cuando terminaron, algo inesperado ocurrió. El viento sopló y desordenó la pintura. Los colores, al principio, se asustaron, pero luego se dieron cuenta de que el viento los había mezclado, creando tonalidades que nunca habían imaginado.

-Rojo: "¡Miren! ¡No sabía que juntos podíamos hacer tantos matices!".

- Verde: "Esto es aún más hermoso. ¡Nunca había visto algo así!".

Decidieron entonces dejar la pintura así, porque habían aprendido que, aunque cada uno era diferente, juntos podían crear algo extraordinario. Desde ese día, los colores no solo se respetaron, sino que formaron un lazo de amistad y unión entre ellos.

Así, en el pueblo Arcoíris, todos comprendieron que su identidad no les restaba valor, sino que, al contrario, les permitía brillar aún más cuando se unían. Y visitaban constantemente la pintura que habían hecho, recordando así siempre que cada color tiene su propio valor y que juntos son increíbles.

Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

FIN.

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