El Viaje de los Colores



Había una vez, en un mundo lleno de luz, un grupo de colores que vivía en un arcoíris. Cada color tenía su propia personalidad y juntos se divertían mucho.

Un día, Rojo, el color más valiente, dijo:

- ¡Chicos! ¡Propongo que hacemos un viaje más allá del arcoíris!

Amarillo, siempre sonriente, contestó:

- ¡Sí! Quiero ver qué hay en el mundo. ¡Quiero ver sonrisas!

Verde, el guardián de la naturaleza, preguntó:

- ¿Y si encontramos flores y árboles que nos necesiten?

Azul, un poco tímido pero curioso, agregó:

- Y también podríamos ver el cielo y el mar. ¡Sería genial!

Así que los colores se prepararon y comenzaron su gran aventura. Se despidieron de sus amigos en el arcoíris y se lanzaron al aire. Volaron alto, danzando entre nubes blancas y suaves.

De pronto, se encontraron con una nube gris que parecía triste.

- ¿Por qué estás tan triste, nube gris? - preguntó Verde, acercándose con cuidado.

- Yo siempre estoy sola y nunca tengo colores - respondió la nube.

Rojo, siempre listo para ayudar, dijo:

- ¡No te preocupes! ¡Nosotros te traemos color!

Juntos, los colores comenzaron a girar alrededor de la nube gris. Amarillo brillaba como el sol, Rojo ardía como el fuego, Azul refrescaba como el mar, y Verde traía la frescura de la tierra.

Poco a poco, la nube gris se empezó a iluminar y se tornó en un hermoso color arcoíris.

- ¡Ahora soy una nube feliz! ¡Gracias, amigos! - exclamó la nube.

Los colores siguieron su camino, riendo y jugando. Luego llegaron a un valle donde los árboles parecían muy tristes. Algunos estaban marrones y otros tenían hojas secas.

- Veamos cómo podemos ayudar - dijo Verde, sintiendo la necesidad de hacer algo.

- ¡Los árboles necesitan alegría! - sugirió Amarillo.

Los colores se acercaron y decidieron pintar cada árbol. Rojo pintó los corazones en los troncos, Amarillo iluminó las hojas, Azul llenó el cielo de luces brillantes, y Verde trajo vida al suelo.

Los árboles comenzaban a sonreír. Las hojas verdes brillaban y las flores de colores aparecían por todas partes.

- ¡Hurra! - gritaron los árboles. - ¡Estamos vivos otra vez!

Contentos con su trabajo, los colores sabían que habían hecho el bien. Pero, todavía había una parte del mundo que no habían visitado. Decidieron volar hacia un lago que habían visto desde lo alto.

Al llegar, el agua estaba oscura y apagada.

- ¿Por qué es tan triste este lago? - preguntó Azul con curiosidad.

- No hay colores aquí, y me siento solo - dijo el lago, con un susurro.

- ¡Vamos a darle color! - exclamó Rojo.

Así que los colores saltaron al lago, creando ondas de alegría. Amarillo brilló intensamente, Azul llenó todo de reflejos del cielo y Verde trajo vida bajo el agua. En poco tiempo, el lago comenzó a brillar con todos los colores del arcoíris, haciéndolo un hermoso lugar donde todos querían estar.

- ¡Gracias, amigos! - dijo el lago felizmente. - ¡Ahora tengo color y vida!

Finalmente, cansados pero contentos, los colores decidieron volver a su hogar en el arcoíris. Habían visto y ayudado a muchos, y su amistad se había fortalecido. Al llegar, el arcoíris se iluminó como nunca antes.

- ¡Lo hicimos! - dijo Amarillo. - ¡Ahora el mundo es más colorido gracias a nosotros!

- Sí, y juntos podemos hacer que los días de otros sean más felices - finalizó Verde, sonriendo.

Y así, los colores aprendieron que compartir alegría y amistad convierte el mundo en un lugar lleno de vida y color. Aunque había muchas más aventuras por venir, sabían que lo más importante era estar juntos y ayudar a los demás.

¡Y así, cada vez que ves un arcoíris en el cielo, recuerda el viaje de los colores y cómo hicieron del mundo un lugar más brillante!

FIN.

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