El viaje de los colores
En un hermoso país llamado Arcoíris, vivían distintos grupos de colores. Había los Rojos apasionados, los Azules serenos, los Verdes enérgicos, los Amarillos alegres, los Naranjas divertidos y los Violetas misteriosos.
Cada grupo de colores tenía su propio barrio, con casas del mismo tono y costumbres especiales. Un día, la Reina Arcoíris decidió organizar un gran picnic en el parque central para que todos los colores pudieran compartir y conocerse mejor.
-¡Queridos colores! Hoy es un día especial, vamos a celebrar nuestra diversidad y aprender el uno del otro –dijo la Reina con alegría.
Los Rojos llevaron deliciosas fresas, los Azules prepararon una refrescante limonada, los Verdes llevaron exquisitas ensaladas, los Amarillos hicieron reír a todos con sus chistes, los Naranjas llevaron juegos divertidos, y los Violetas trajeron espectaculares acertijos. Todos disfrutaron de la comida, los juegos y las actividades, pero pronto empezaron a notar las diferencias en las costumbres y formas de ser de cada grupo de colores.
Los Rojos eran un poco ruidosos, los Azules parecían estar siempre muy tranquilos, los Verdes movían las manos mucho al hablar, los Amarillos no paraban de reír, los Naranjas no se quedaban quietos un segundo, y los Violetas tenían una forma especial de hablar.
Al principio, los colores se miraban con desconfianza y hasta hubo algunos roces entre ellos.
Pero entonces, un pequeño niño arcoíris se paró en el medio del parque y dijo: -¡Alto todos! No importa si somos diferentes, lo que importa es que nos respetemos y nos aceptemos como somos. Si aprendemos a conocernos mejor, descubriremos lo increíble que es aprender de las costumbres y formas de ser diferentes.
Todos los colores se miraron con curiosidad y se sintieron un poco avergonzados. Comenzaron a hablar entre ellos, a hacer preguntas y a interesarse por las costumbres de los demás.
Los Rojos aprendieron a disfrutar de los momentos de calma de los Azules, los Azules aprendieron a expresar sus emociones con la alegría de los Amarillos, los Verdes aprendieron a ser más expresivos como los Naranjas, los Naranjas aprendieron a apreciar la poesía y el misterio de los Violetas, y los Violetas aprendieron a disfrutar de la pasión y la intensidad de los Rojos.
Pronto, todos se dieron cuenta de lo increíblemente enriquecedor que era compartir y aprender de las diferencias.
Desde ese día, en el país Arcoíris se celebraba cada año el picnic de la diversidad, donde todos los colores se unían para compartir, aprender y celebrar su maravillosa variedad. Y así, los colores comprendieron la importancia del respeto hacia las diferencias y la riqueza de la diversidad en su hermoso país Arcoíris.
FIN.