El Viaje de los Cuentos de Lago Agrio



En el corazón de Lago Agrio, un pueblo lleno de color y historias, un grupo de estudiantes del NAP se reunía todos los días en la escuela con su querida profesora Nathaly. Ella siempre les contaba historias sobre las diferentes regiones del Ecuador. Un día, decidió llevarlos a un viaje mágico para conocerlas de cerca.

"¡Preparense, chicos! Mañana emprenderemos una aventura inolvidable. Cada uno de ustedes representará una región del Ecuador”, anunció Nathaly con una sonrisa amplia.

Los niños se miraron emocionados, sus ojos brillando con la idea de conocer todo lo que hay más allá de su Lago Agrio. Al día siguiente, con mochilas llenas de bocadillos y libretas para anotar lo que aprenderían, se montaron en un autobús colorido que los llevó hacia la primera parada: la región Costa.

Cuando llegaron, se encontraron con una playa hermosa donde los pescadores traían sus redes.

"¡Miren, eso es lo que hace a la costa tan especial!", dijo Nathaly. "La gente aquí vive del mar y tiene tradiciones únicas, como el ceviche".

Los chicos, intrigados, probaban un poco de ceviche que les ofrecían unos amables pescadores.

"¡Es delicioso!", exclamó Juan.

"Me encantaría llevar un tarro de ceviche a Lago Agrio para compartirlo con mi familia", soñó Sofía.

Luego, el autobús los llevó a la Sierra, donde las montañas se alzaban majestuosamente. Allí conocieron a un joven artesano que hacía sombreros de paja toquilla.

"¿Sabían que estos sombreros son famosos en todo el mundo?", preguntó el joven.

"¿De verdad?", contestó Marcos, asombrado. "¿Podemos probar hacer uno?"

El joven sonrió y les enseñó a entrelazar las pajas. Todos se rieron mientras desempeñaban su tarea, llenos de entusiasmo y creatividad.

Después de la Sierra, el viaje los llevó a la Amazonía, donde el aire olía a tierra húmeda y plantas exóticas. Allí, conocieron a una sabia anciana de la comunidad indígena que les contó leyendas sobre la selva y sus secretos.

"La naturaleza nos habla y debemos escucharla”, dijo la anciana.

"¿Y cómo la escuchamos?", preguntó Luisa.

"Observando, cuidando y respetando nuestro entorno", respondió con voz suave.

Los niños prometieron cuidar la naturaleza y protegerla, entendiendo que una parte de la selva vivía en ellos.

Finalmente, el grupo llegó a la región Insular, donde conocieron a un grupo de tortugas gigantes. Un niño de una de las islas compartió cómo cuidan a estas criaturas.

"Las tortugas son parte de nuestro hogar y cuidamos de ellas para que sigan viviendo aquí", explicó.

"¡Me gustaría que todos en Lago Agrio supieran lo importante que es cuidar a los animales!", dijo Mateo.

De regreso a Lago Agrio, los estudiantes estaban llenos de ideas, historias y experiencias que quería compartir con su comunidad. Al llegar a la escuela, Nathaly les propuso un último desafío:

"Vamos a preparar una exposición sobre cada región que visitamos. ¡Quiero mostrarles a todos en Lago Agrio lo que aprendimos y los tesoros que nuestro país tiene!"

Los chicos trabajaron juntos en la exposición, utilizando sus dibujos y relatos de lo que habían vivido. El día de la exposición, padres y amigos llegaron emocionados.

"Es increíble ver todo lo que han aprendido", dijo uno de los padres mientras observaba las presentaciones.

"Lago Agrio es solo un rincón del Ecuador, y ahora sabemos cuán hermosos son todos los demás lugares", comentó Sofía.

La exposición fue un éxito rotundo, y los estudiantes no solo compartieron sus descubrimientos, sino que también inspiraron a toda la comunidad a cuidar y celebrar la diversidad de su país.

"Fuimos un grupo de aventureros y hoy, somos guardianes de la cultura y la naturaleza del Ecuador", concluyó Nathaly, llena de orgullo.

Desde ese día, cada vez que veía a sus estudiantes, sabía que habían crecido no solo como aprendices, sino como verdaderos ciudadanos del mundo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!