El Viaje de los Hermanitos Barbara



Era una tarde soleada en la casa de los hermanitos Bárbara, Eric y Sofía. Estaban en el garaje buscando cosas viejas para jugar. De repente, encontraron una extraña caja cubierta de polvo. Al abrirla, se sintieron atraídos por un brillo resplandeciente que salió de su interior.

"Mirá esto, Sofía!" - dijo Eric con los ojos muy abiertos. "Parece un artefacto antiguo. ¿Qué será?"

Sofía, siempre curiosa, se acercó y tocó el artefacto. En ese instante, una luz los envolvió y sintieron que el mundo comenzaba a cambiar a su alrededor. Cuando la luz se desvaneció, se encontraron en un paisaje deslumbrante, rodeados de majestuosas pirámides y templos brillantes.

"¿Dónde estamos?" - preguntó Bárbara, mirando a su alrededor.

"Parece que hemos viajado al pasado, quizás a la era de los Anunnaki!" - exclamó Eric con emoción.

"¿Los Anunnaki?" - preguntó Sofía, intrigada. "¿Qué son?"

Eric, que había leído algunos libros interesantes sobre civilizaciones antiguas, comenzó a explicarle a su hermana. Mientras exploraban, conocieron a un grupo de seres altos y elegantes, con ojos brillantes y piel dorada, que parecían estar trabajando en la construcción de un gran templo.

"¡Hola!" - saludó uno de los Anunnaki, inclinando la cabeza. "Soy Anu, un arquitecto de esta era. ¿Quiénes son ustedes?"

"¡Hola, soy Eric y estos son mi hermana Sofía y Bárbara!" - respondió Eric lleno de alegría. "Venimos de... de muy lejos."

Anu sonrió y les explicó que los Anunnaki estaban construyendo grandes templos para honrar a su civilización y aprender más sobre el universo.

"¡Qué interesante!" - dijo Sofía. "¿Y cómo pueden ustedes saber tanto?"

"Hemos estudiado las estrellas y la naturaleza durante siglos. Nos gusta compartir nuestro conocimiento y aprender de otros" - contestó Anu.

Bárbara miró al cielo y le preguntó a Anu:

"¿Podemos ayudarles en algo?"

"Claro, necesitamos ayuda para organizar nuestros materiales", dijo Anu.

Los hermanitos comenzaron a trabajar junto a los Anunnaki, organizando piedras y herramientas. A medida que pasaba el tiempo, los niños también compartieron sus conocimientos con ellos, como cómo hacer nudos y juegos divertidos que aprendieron en casa.

Así, se dio una hermosa conexión entre los hermanos y los Anunnaki. Pero un día, mientras organizaban una gran reunión para celebrar su amistad, ocurrió un accidente: una enorme escultura comenzó a caer.

"¡Cuidado!" - gritó Sofía.

"Eric, haz algo!" - exclamó Bárbara.

Con rapidez, Eric recordó algo que había aprendido en la escuela sobre la estabilidad de estructuras y le dio una idea a Anu.

"Deberíamos construir una base más ancha para sostener la escultura," sugirió.

Anu asintió y juntos trabajaron en una solución. Con su nueva base, la escultura se mantuvo firme y el proyecto fue un éxito. Los Anunnaki estaban felices.

"Gracias, pequeños amigos. Han demostrado que el trabajo en equipo y el conocimiento son muy poderosos" - dijo Anu con gratitud.

Al caer la noche, y después de una emocionante celebración, los hermanitos sintieron que era momento de regresar a casa. Anu les entregó un pequeño amuleto.

"Esto les recordará que, aunque vengan de diferentes tiempos y lugares, el conocimiento y la amistad siempre serán importantes en el mundo" - les dijo.

Con una nueva brillante luz, los hermanitos se sintieron envueltos nuevamente. Cuando la luz se disipó, ¡estaban de vuelta en su garaje! Eric, Sofía y Bárbara no podían creer lo que había ocurrido.

"Fue increíble!" - exclamó Sofía.

"Sí, aprendimos mucho y hicimos nuevos amigos" - dijo Bárbara.

"Y también pudimos contribuir con algo valioso" - agregó Eric, mirando el amuleto que sostenía.

Desde ese día, los hermanitos decidieron que seguirían aprendiendo y compartiendo conocimientos. Sabían que todos pueden aportar algo, sin importar el lugar o el tiempo. Y así, con el amuleto siempre a la vista, se prometieron ser curiosos y nunca dejar de aprender, porque en el conocimiento y la amistad estaba la verdadera magia del mundo.

FIN.

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