El viaje de los ríos limpios
En un lugar no muy lejano, en Moquegua, existía un hermoso valle rodeado de montañas. En ese valle vivían dos ríos, el río Azul y el río Verde, que solían conversar entre ellos mientras transportaban el agua cristalina por el valle. Sin embargo, un día, las minas cercanas comenzaron a verter desechos tóxicos en el agua, contaminando los ríos y causando estragos en el ambiente. Los peces empezaron a desaparecer y las personas que bebían de esos ríos se enfermaban. Los ríos no podían permitir que esto continuara, así que decidieron emprender un viaje en busca de ayuda.
Los ríos Azul y Verde recorrieron valles y colinas, pasaron por pueblos y preguntaron a todas las criaturas que encontraron si sabían de alguna forma de detener la contaminación. Finalmente, conocieron a Tania, una valiente activista que luchaba por el cuidado del medio ambiente. Ella les habló sobre la importancia de la conciencia ambiental y les enseñó que, aunque eran solo dos ríos, tenían una gran voz.
"No están solos, mis queridos ríos. Juntos podemos hacer una diferencia", les dijo Tania con entusiasmo.
Con las palabras de Tania en su mente, los ríos regresaron a su valle decididos a no rendirse. Convocaron a una reunión con los animales, las plantas y las personas de la región, y les contaron su historia. La valentía de los ríos y su determinación inspiraron a todos. Pronto, el valle se unió para limpiar los ríos, plantar árboles y promover prácticas de vida sostenible.
Poco a poco, el agua de los ríos fue recuperando su pureza, los peces volvieron a nadar en sus aguas y las personas recuperaron la salud. Las minas, viendo el cambio que estaban provocando, comenzaron a implementar medidas para no continuar con la contaminación.
Tiempo después, los ríos Azul y Verde volvieron a fluir cristalinos por el valle, más felices que nunca. Aprendieron que, con valentía y perseverancia, cualquier desafío puede superarse. Y así, Moquegua volvió a brillar con la belleza de un valle limpio y sano.
FIN.