El Viaje de los Sueños



En un pequeño pueblo lleno de colores, donde las flores siempre estaban en su mejor momento, vivía una niña llamada Lucía. Ella soñaba con conocer el mundo más allá de su hogar, particularmente un lugar donde el cielo era un poco más azul y la gente sonreía un poco más.

Una tarde, mientras exploraba el bosque cercano, Lucía encontró un libro antiguo y polvoriento. Tenía una portada de cuero desgastado y páginas amarillas que parecían contar historias de aventuras increíbles.

"¿Qué será esto?" - se preguntó Lucía, abriendo el libro con curiosidad.

A medida que pasaba las páginas, imágenes de lugares lejanos llenaron su mente. Vio selvas verdes, montañas nevadas y océanos de aguas cristalinas donde los delfines saltaban y jugaban.

Un día, mientras leía, escuchó una voz suave detrás de ella. Era su amiga Clara, que también disfrutaba de las historias.

"Lucía, ¿qué estás leyendo?" - preguntó Clara.

"Mira, es un libro de aventuras. Habla de un mundo lleno de maravillas. ¡Quiero visitar todos esos lugares!" - respondió Lucía emocionada.

Clara sonrió,

"¡Eso suena increíble! Pero ¿cómo lo haremos?"

Lucía pensó un momento y dijo,

"Podemos hacer un mapa. Cada vez que aprendamos algo nuevo sobre un lugar, lo marcaremos. Así nos prepararemos para un gran viaje algún día."

Las dos amigas se pusieron a trabajar. Con hojas de papel, colores y muchas ganas, dibujaron mapas de las distintas partes del mundo. Cada semana, elegían un lugar y se sumergían en libros, documentales y cuentos, compartiendo todo lo que aprendían.

"¿Sabías que en África hay un desierto enorme llamado Sahara?" - dijo Clara un día.

"Y también hay montañas donde viven animales increíbles como los leones y elefantes" - agregó Lucía.

Pasaron los meses y las dos amigas no solo llenaron el mapa, sino que también llenaron su corazón de sueños y aventuras. Decidieron que, cuando fueran grandes, harían un viaje real.

Una mañana, mientras caminaban juntas, se encontraron con un anciano que parecía haber vivido muchas cosas.

"¿Qué están haciendo, chicas?" - preguntó el anciano con una sonrisa.

"Estamos soñando con viajar y conocer el mundo!" - respondió Lucía con entusiasmo.

El anciano las miró con sabiduría y dijo,

"Nunca dejen de soñar. Los sueños son el primer paso para hacer cosas grandes, pero también hay que trabajar duro para alcanzarlos. Y nunca olviden siempre ser amables y ayudar a los demás en su camino."

Con esas palabras guardadas en su corazón, Lucía y Clara continuaron soñando y aprendiendo. Y aunque pasaron los años, cada nueva aventura que compartían se hacían más fuertes y más listas para el gran viaje.

Finalmente, en su primer día como adultas, decidieron que era hora de poner en marcha su plan. Con un mapa en la mano, un poco de dinero ahorrado y mucha determinación, partieron juntas hacia la primera ciudad de su viaje.

Al llegar, se sorprendieron al ver que todo lo que aprendieron sobre el mundo era aún más hermoso en la realidad.

Y así, Lucía y Clara visitaron cada lugar que habían soñado, ayudando a las personas que conocían en el camino y compartiendo sus propias historias.

"¡Esto es increíble!" - exclamó Lucía.

"Sí, y no nos detendremos aquí. El mundo es enorme y hay aún más cosas por descubrir!" - respondió Clara con una sonrisa.

Finalmente, cada vez que veían una flor en un nuevo lugar, recordaban el pequeño pueblo donde empezaron todo y cómo los sueños compartidos pueden llevarte a aventuras inesperadas. Y así, la historia de Lucía y Clara demuestra que, con determinación, amistad y amor por el conocimiento, los sueños pueden volverse una hermosa realidad.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

FIN.

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