El viaje de los tres valientes
Había una vez tres hermanos llamados Martín, Sofía y Lucas. Vivían en un pequeño pueblo rodeado de montañas y siempre habían soñado con ir a la gran ciudad para ver cómo era la vida allí.
Un día, decidieron que era hora de hacer realidad su sueño y emprendieron el viaje. Los tres hermanos se subieron al autobús que los llevaría a la ciudad.
Estaban muy emocionados y no podían dejar de hablar sobre todas las cosas increíbles que verían. Pero mientras estaban distraídos contándose historias, se dieron cuenta de repente de que habían perdido su parada. - ¡Oh no! ¡Nos hemos perdido! - exclamó Sofía con preocupación.
- Tranquilos, seguro podemos encontrar el camino de regreso - dijo Martín intentando ser valiente. Pero a medida que caminaban por las calles desconocidas, se dieron cuenta de lo grande y confusa que era la ciudad. No tenían idea de dónde estaban ni cómo volver a casa.
Desesperados por encontrar una solución, los tres hermanos se sentaron en un banco del parque cercano para pensar qué hacer. - ¿Qué tal si preguntamos a alguien? - sugirió Lucas.
Así que decidieron acercarse a un señor mayor que estaba paseando por el parque con su perro. - Disculpe, señor - dijo Martín tímidamente -, estamos perdidos y no sabemos cómo volver a nuestro pueblo.
El señor sonrió amablemente y les explicó cómo llegar al autobús correcto para regresar a casa. Les dio indicaciones detalladas e incluso les dibujó un mapa para ayudarlos. - Muchas gracias, señor. ¡No sabemos cómo agradecerle! - exclamó Sofía emocionada. - No hay de qué, chicos. Me alegra poder ayudarles.
Recuerden siempre pedir ayuda cuando lo necesiten - respondió el señor amablemente. Los tres hermanos siguieron las indicaciones del señor y finalmente lograron tomar el autobús correcto para regresar a su pueblo.
Estaban felices de estar de vuelta en casa, pero también habían aprendido una valiosa lección: nunca tengan miedo de pedir ayuda cuando se sientan perdidos o confundidos. A partir de ese día, Martín, Sofía y Lucas se convirtieron en los mejores amigos del señor del parque.
Lo visitaban regularmente para contarle sus aventuras y aprender más lecciones importantes sobre la vida. Y así, con la ayuda del amable señor y su perro, los tres hermanos aprendieron que es importante ser valientes pero también saber cuándo pedir ayuda.
Aprendieron a confiar en sí mismos pero también en los demás. Y juntos vivieron muchas más aventuras inolvidables mientras crecían y descubrían el mundo que los rodeaba.
FIN.