El viaje de Lucas al país de las palabras



Lucas era un niño al que le encantaba leer y escribir. Pasaba horas y horas en la biblioteca, sumergido en mundos de fantasía y aventuras. Un día, mientras ojeaba un libro antiguo, encontró un extraño mapa que parecía indicar un lugar desconocido: el país de las palabras.

Intrigado, Lucas decidió emprender un viaje hacia ese misterioso lugar. Siguió las indicaciones del mapa y cruzó montañas de libros, ríos de tinta y bosques de letras gigantes. Finalmente, llegó a la entrada del país de las palabras.

Al pisar suelo del país de las palabras, Lucas se dio cuenta de que algo extraño sucedía. Las palabras cobraban vida, los sustantivos caminaban, los verbos saltaban y los adjetivos brillaban con colores deslumbrantes. Era un lugar mágico y maravilloso.

Pronto, Lucas se encontró con el rey de las palabras, un anciano sabio con barba de papel y corona de lápices afilados. El rey le explicó a Lucas que en su país, las palabras tenían un poder especial: podían construir puentes, derribar murallas, sanar heridas y hacer volar la imaginación.

Pero el rey también le advirtió a Lucas que el país de las palabras estaba en peligro. Una malvada bruja llamada Olvidona quería robar todas las palabras para que la gente olvidara cómo comunicarse y expresarse. Lucas, con valentía, se ofreció a ayudar al rey en la lucha contra Olvidona.

Juntos, prepararon un plan para detener a la bruja. Usando su habilidad para las letras, Lucas escribió mensajes poderosos que inspiraron a todos en el país de las palabras a unirse y resistir el hechizo de Olvidona. Con ingenio y determinación, lograron derrotar a la bruja y devolverle a las palabras su libertad.

Agradecido, el rey de las palabras le concedió a Lucas el honor de ser el guardián de un antiguo libro encantado que le permitiría visitar el país de las palabras siempre que lo deseara. Lucas regresó a casa con el corazón lleno de experiencias increíbles y la certeza de que las palabras son poderosas y deben ser cuidadas y compartidas con todos.

Desde ese día, Lucas se convirtió en un gran contador de historias, inspirando a otros a explorar los maravillosos paisajes que pueden crear con las palabras.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!