El viaje de Lucas y el árbol mágico
Lucas era un niño curioso y aventurero que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos campos verdes y altos árboles. Un día, mientras paseaba por el bosque, descubrió un árbol muy especial. Tenía hojas brillantes y un tronco reluciente. Lucas se acercó a él con curiosidad y comenzó a tocar su corteza.
- ¡Vaya, este árbol es diferente a todos los demás! –exclamó Lucas sorprendido.
El árbol, que podía hablar, le respondió con voz suave:
- Sí, soy un árbol mágico. Tengo el poder de conceder deseos a aquellos que me traten con amabilidad y respeto.
Lucas no podía creer lo que estaba escuchando. Pensó por un momento y luego le pidió al árbol:
- Árbol mágico, me gustaría aprender nuevas cosas y vivir grandes aventuras. ¿Podrías ayudarme?
El árbol sonrió y le dijo:
- Claro, Lucas. Sube a mi tronco y cerraré mis ramas para llevarte a un viaje por el mundo.
Lucas subió al árbol con emoción, y en un abrir y cerrar de ojos comenzaron a volar por los aires, atravesando montañas, valles y océanos. Visitando diferentes países, conociendo personas de distintas culturas y aprendiendo sobre la historia y la naturaleza. Durante su viaje, Lucas se maravilló con las maravillas del mundo y pudo cumplir su deseo de aprender y vivir aventuras.
Después de un tiempo, el árbol lo llevó de regreso a su hogar. Lucas bajó del árbol con una sonrisa inmensa y agradecida, prometiéndole volver para contarle todas las maravillas que había presenciado.
Desde entonces, Lucas se convirtió en un niño aún más curioso y disfrutó de cada momento de su vida, valorando las enseñanzas que el árbol mágico le brindó.
- ¿Volverás a visitarme, Lucas? –preguntó el árbol con cariño.
- Por supuesto, árbol mágico. Siempre volveré a compartir mis aventuras contigo –respondió Lucas con una amplia sonrisa.
Y así, Lucas siguió creciendo, explorando el mundo y compartiendo sus vivencias con su nuevo amigo, el árbol mágico.
FIN.