El viaje de Lucía hacia las estrellas
Lucía era una niña curiosa y soñadora que siempre miraba al cielo con fascinación. Cada noche, se acostaba en su cama y observaba las estrellas a través de la ventana de su habitación.
Soñaba con viajar al espacio y descubrir los misterios del universo. Un día, en la escuela, su maestra les contó sobre la importancia de seguir sus aspiraciones y trabajar duro para alcanzar sus metas. Esa noche, Lucía no pudo conciliar el sueño.
Su mente bullía de ideas y sueños. Decidió que quería ser astronauta. -¡Mamá, mamá! ¡Quiero ser astronauta y viajar al espacio! -le dijo a su madre con entusiasmo.
Su mamá sonrió y le dijo que si eso era lo que realmente quería, debía esforzarse al máximo y creer en sí misma. Lucía comenzó a leer libros sobre el espacio, se apuntó a clases de ciencias y matemáticas, y se esforzaba en cada asignatura.
Con el tiempo, su esfuerzo dio frutos y se destacó en su escuela. Sin embargo, también enfrentó desafíos y momentos de duda. En una ocasión, cuando tuvo dificultades con un problema matemático, pensó en rendirse, pero recordó las palabras de su maestra y su madre. Siguió esforzándose y finalmente resolvió el problema.
Llegó el día en que la NASA abrió una convocatoria para futuros astronautas. Lucía decidió postularse. Pasó por rigurosos exámenes médicos, pruebas de aptitud física y entrevistas.
Finalmente, recibió la noticia que tanto había anhelado: ¡había sido seleccionada para ser parte de la próxima misión espacial! Llenó su mochila con sueños, valentía y determinación, y emprendió su viaje hacia las estrellas. Desde la Estación Espacial Internacional, Lucía miraba la Tierra desde lo alto y se sentía realizada.
Había alcanzado su sueño y demostrado que con esfuerzo y perseverancia, todo es posible. Su historia inspiró a muchos niños a seguir sus aspiraciones y creer en el poder de sus sueños.
FIN.