El viaje de Lucía y el misterio de la Naturaleza
Lucía era una niña curiosa, alegre y llena de energía. Vivía en una ciudad grande donde los edificios y automóviles dominaban el paisaje. Un día, mientras paseaba por el parque, se dio cuenta de que los árboles lucían tristes y las flores apenas podían respirar entre tanta basura. Decidió emprender un viaje en busca de respuestas y soluciones.
- ¡Hola, don Árbol! ¿Por qué estás tan triste? - preguntó Lucía.
- Hola, pequeña. Estoy triste porque cada día hay menos árboles en la ciudad. La tala desmedida nos está afectando mucho - respondió el árbol con voz suave.
Lucía, sorprendida, decidió hablar con el río para buscar más respuestas. El río le contó que el agua estaba muy sucia y muchos animales estaban enfermos por la contaminación. Decidida a ayudar, Lucía se puso en marcha hacia el centro de la ciudad. Allí, conoció a un grupo de amigos que compartían su preocupación por el medio ambiente. Juntos, idearon un plan para limpiar el río y plantar nuevos árboles en el parque.
Armados con bolsas y guantes, recogieron la basura y la llevaron a un centro de reciclaje. Además, organizaron una jornada de plantación de árboles, donde vecinos y amigos se unieron a la causa. Poco a poco, el parque recuperó su esplendor y el río volvió a fluir limpio y cristalino.
- ¡Miren cómo brilla el río ahora! - exclamó Lucía emocionada.
- Sí, y los árboles están más felices que nunca - agregó el árbol con una sonrisa.
La ciudad comenzó a transformarse, la gente tomó conciencia y se sumó al cuidado del medio ambiente. Lucía y sus amigos se convirtieron en ejemplo de compromiso y determinación. Desde entonces, la naturaleza y la ciudad vivieron en armonía, cuidándose mutuamente para un futuro mejor.
FIN.