El Viaje de Luli y el Dragón Danzón



En un bosque verde, lleno de flores,

había una niña que hacía mil amores.

Su nombre era Luli, risueña y traviesa,

que siempre soñaba con ser princesa.

Un día, jugando bajo el gran sol,

se encontró con un dragón, ¡qué gran rol!

Era Danzón, con alas de colores,

y dijo eco, llenando mil clamores.

- ¡Hola, Luli! -gritó con gran alegría-

¿Quieres venir a conocer mi algarabía?

En el bosque mágico, yo soy el rey,

y juntos bailaremos, ¿qué te parece, hey?

Luli, emocionada, asintió sin dudar,

bailó con el dragón, ¡quién lo iba a pensar!

Se lanzaron al aire, giraron sin parar,

y en cada vuelta, se empezó a alegrar.

- ¡Mira, Danzón! -dijo al aterrizar-

podemos encontrar un tesoro en el mar.

- ¡Sí! Vamos de inmediato, eso hay que buscar,

dijo el dragón, ¡no lo pueden imaginar!

Fueron al lago, brillante y profundo,

donde el tesoro era parte del mundo.

Encontraron joyas, pero más emocionante,

fue hallar su amistad, ¡eso fue desbordante!

- ¡Mira, Luli! -dijo, girando en vuelo-

te regalo esta estrella, es un gran anhelo.

- Gracias, Danzón, eres muy especial,

mi corazón canta, ¡es un bello ritual!

Juntos regresaron, disfrutando el paseo,

por cada rincón, dejaron un deseo.

La amistad verdadera es el mejor tesoro,

y entre risas y juegos, ¡su amor lo exploro!

Así, cada día, bailaban sin parar,

y al mundo alegraron con su alarido triunfal.

El dragón y la niña, en cuentos y danzas,

salvando el día con grandes esperanzas.

Y Luli comprendió, con gran sorpresa,

que a veces el tesoro no es lo que se pesa.

La risa compartida y el cariño sincero,

es un oro que brilla y llena el sendero.

Fin.

FIN.

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