El Viaje de Luna y el Jardín de los Sueños
En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, vivía una niña curiosa llamada Luna. Tenía un gran sueño: conocer todos los rincones de Fantasía, un lugar mágico que, según decía la leyenda, se encontraba más allá de la colina. Una mañana, decidió que era el momento perfecto para aventurarse en su búsqueda.
"Hoy es el día, voy a encontrar Fantasía" - dijo Luna con un brillo en sus ojos.
Al salir de su casa, se despidió de sus papás, que le recordaron:
"Cuídate, Luna, y no te alejes demasiado".
Luna cruzó la colina y se encontró con un sendero cubierto de flores de colores vibrantes. A cada paso que daba, las flores parecían susurrarle secretos sobre lo que estaba por venir.
Tras un rato de caminar, Luna se topó con un pequeño lago. En sus aguas serpenteantes, un pez dorado emergió.
"Hola, niña soñadora. ¿Buscas Fantasía?" - preguntó el pez.
"Sí, quiero conocer todos sus secretos" - respondió Luna emocionada.
El pez sonrió y dijo:
"Para llegar a Fantasía, debes resolver tres acertijos. ¿Te atreves?"
"¡Sí! Estoy lista" - exclamó Luna.
El pez le planteó el primer acertijo:
"¿Qué es algo que tiene raíces como un árbol, pero no crece en la tierra?"
Luna pensó y pensó hasta que recordó el jardín de su abuela, donde había muchas plantas que crecen en agua.
"¡Es una planta acuática!" - gritó jubilosa.
"Correcto. Tu siguiente desafío está más cerca de lo que imaginas" - dijo el pez mientras señalaba hacia un sendero que se bifurcaba.
Luna continuó su camino, llena de energía, y llegó a un bosque encantado. Allí, un búho la observaba desde una rama.
"Bienvenida, pequeña viajera. Soy Oliver, y tengo un acertijo para vos" - dijo el búho con voz profunda.
"Estoy lista, Oliver" - respondió Luna con determinación.
"¿Qué tiene un corazón que nunca late?" - preguntó el búho.
Luna se quedó pensativa. Miró alrededor y de repente se acordó de un corazón de papel que había hecho en la escuela.
"¡Es una alcachofa!" - dijo entusiasmada.
Oliver aplaudió con sus alas y le dijo:
"Has acertado. Solo te queda un último reto. Sigue el camino que se ilumina con las estrellas".
Luna sintió que su corazón latía fuerte, ¡estaba tan cerca de Fantasía! Caminó por el sendero iluminado y, de repente, se encontró al borde de un puente colgante que llevaba a un hermoso jardín. En el centro de ese jardín, un dragón pequeño estaba sentado.
"¡Hola, pequeña! Soy Dalia, el guardián de este jardín. Solo aquellos valientes pueden cruzar este puente" - dijo el dragón.
"He venido desde Arcoíris en busca de Fantasía y he resuelto los acertijos" - explicó Luna con voz firme.
Dalia sonrió, impresionada.
"Entonces debes resolver el último acertijo: ¿Qué es más liviano que una pluma pero ni el hombre más fuerte puede sostenerlo mucho tiempo?" - lanzó el desafío el dragón.
Luna se quedó en silencio, pensando en todas las cosas que había aprendido sobre el mundo. Finalmente, sus ojos se iluminaron.
"¡Es el aliento!" - respondió, sintiéndose satisfecha.
"¡Correcto! Bienvenida a Fantasía, donde los sueños se hacen realidad" - exclamó Dalia moviendo su cola de alegría.
El jardín brillaba con colores que nunca había visto antes. Los árboles tenían frutos de caramelos y las flores cantaban melodías dulces. Luna se sintió maravillada.
"¿Puedo quedarme aquí para siempre?" - preguntó con una sonrisa.
"Fantásicamente, siempre llevarás una parte de Fantasía en tu corazón. Pero en el mundo real, puedes usar tu imaginación para crear magia" - respondió Dalia.
Luna se dio cuenta de que no tenía que estar en Fantasía para vivir aventuras. Regresó a Arcoíris con una nueva perspectiva y un sueño aún más grandioso: contarle a todos sobre su viaje y ayudar a otros a encontrar su propia Fantasía.
Y así fue como Luna se convirtió en la mejor narradora del pueblo. Con cada historia, creaba un poco de Fantasía en el corazón de todos, recordándoles que la magia siempre está al alcance de la mano si se tiene la imaginación necesaria para encontrarla.
FIN.