El Viaje de Luna y el Sabio Catito
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Arcoíris, una niña llamada Luna que siempre miraba el cielo con curiosidad. Un día, mientras paseaba por el parque, se encontró con un gato de pelaje suave y ojos brillantes. El gato, que parecía muy sabio, se acercó a ella y dijo:
"Hola, pequeña. ¿Cómo te llamas?"
"Me llamo Luna. ¿Y vos?" - preguntó la niña, sorprendida de que un gato hablara.
"Soy Catito, el guardián de los secretos del universo. ¿Sabías que hay un gran misterio en el mundo?" - contestó el gato, estirando su pata.
Luna, intrigada, respondió:
"¿Qué tipo de misterio?"
"El misterio de lo que nos conecta a todos, de lo que hay detrás de las estrellas, el sol y la luna. Puedes llamarlo Dios, o simplemente amor. ¡Vamos, te llevaré a descubrirlo!" - propuso Catito mientras saltaba ágilmente al lado de Luna.
Luna sintió una mezcla de emoción y un poco de miedo, pero decidió seguir al gato. Juntos, caminaron hasta un claro secreto en el bosque.
Cuando llegaron, encontraron un grupo de animales: un perro, una tortuga y un loro. Todos parecían estar esperando algo.
"¡Bienvenida, Luna!" - le dijo el loro con su voz melodiosa.
"Estábamos hablando de cómo nos conecta el amor. Catito nos va a ayudar a entender más."
"Sí, Luna," - agregó el perro, moviendo la cola. "El amor es como un hilo invisible que une a todos los seres, sin importar cuán diferentes seamos."
Luna estaba fascinada.
"Pero, ¿cómo puedo ver ese hilo?" - preguntó, entusiasmada.
"A veces no puedes verlo, pero puedes sentirlo. Por ejemplo, cuando ayudas a alguien o cuando compartís una sonrisa," - explicó la tortuga lentamente.
Luna pensó en sus amigos y en cómo se ayudaban unos a otros. Su corazón se llenó de calidez.
"¿Podemos hacer un juego para sentir ese amor?" - sugirió Luna con una gran sonrisa.
"¡Esa es una gran idea!" - dijo Catito. "Vamos a jugar a un juego de la amistad. Todos formamos un círculo y cada uno debe decir algo bonito de los demás. Eso nos ayudará a ver y sentir el hilo de amor."
Entonces, empezaron a jugar. Luna empezó:
"Yo pienso que el perro es muy fiel y siempre está ahí para jugar."
El perro sonrió y dijo:
"Y yo creo que la tortuga es muy sabia y siempre sabe qué hacer."
La tortuga, emocionada, continuó:
"Y Catito es el más divertido, siempre tiene historias interesantes que contar."
"¡Y Luna es la mejor de todas porque trae alegría a nuestras vidas!" - concluyó Catito, haciendo que Luna sonrojara.
Después de unos minutos, todos se sintieron más unidos y felices. Sin embargo, de repente, se escuchó un fuerte estruendo en el bosque. Una tormenta se acercaba rápidamente. Todos empezaron a asustarse.
"¿Qué hacemos?" - gritó el loro, agitando sus alas.
Catito, manteniendo la calma, dijo:
"Recuerden el hilo de amor. Si trabajamos juntos, podemos encontrar un lugar seguro."
Los animales, junto con Luna, se unieron y formaron una línea, llevándose unos a otros hacia una cueva cercana. Mientras corrían, Luna recordó el juego que habían hecho y cómo cada uno había descubierto lo especial que era. Ella sintió una fuerte conexión con todos.
Una vez dentro de la cueva, la tormenta rugía afuera, pero dentro había paz. Los animales se abrazaron, y Luna se sintió como parte de una gran familia.
"Mirá, la tormenta no puede separarnos," - dijo rápidamente el loro, mostrando su confianza. "Estamos unidos por algo más fuerte que el miedo."
Después de un rato, la tormenta comenzó a calmarse. Al salir de la cueva, todos notaron un hermoso arcoíris en el cielo.
"Miren el arcoíris; es un símbolo de lo que hemos compartido hoy," - dijo Catito.
"Es cierto,¡el amor se ve como ese arcoíris!" - exclamó Luna, mirando a sus amigos.
Desde ese día, Luna aprendió que el amor y la conexión que sentía por sus amigos eran lo más importante de la vida. Y cada vez que veía un arcoíris, recordaba la aventura y entendía que ese hilo de amor siempre estaba presente en su vida.
Así, el gato sabio, el perro, la tortuga, el loro y Luna se convirtieron en un grupo inseparable, viajando juntos y descubriendo más sobre las maravillas del mundo y la magia de la amistad.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.