El Viaje de Luz y Tiempo
En un rincón lejano del universo, existía un planeta llamado Relativium, donde las leyes de la física eran un poco diferentes a las que conocemos. En Relativium, gracias a su peculiaridad, el tiempo y el espacio bailaban al compás de un ritmo cósmico lleno de sorpresas. Allí vivía Lía, una joven científica con grandes sueños, que pasaba sus días observando las estrellas desde su telescopio y experimentando con relojes de arena que medían no solo el tiempo, sino también la luz que se deslizaba por el aire.
Una noche, mientras Lía observaba el cielo, notó algo inusual. Una estrella fugaz brillaba de manera diferente, como si en vez de pasar, estuviera girando en círculos.
- “¡Mirá eso, Lía! ” - exclamó su amigo Celio, un pequeño robot de metal que siempre la acompañaba en sus aventuras. - “¿Por qué creés que brilla así? ”
- “No estoy segura, Celio. Podría ser una nueva estrella, o quizá un portal a otra dimensión. ¡Deberíamos investigar! ” - respondió Lía con entusiasmo.
Decidida, Lía y Celio se embarcaron en una pequeña nave espacial que habían construido juntos con piezas rescatadas de la basura, pero que en sus manos se convertía en una magnífica obra de ingenio. Programaron la dirección hacia donde había brillado la estrella y al encender el motor, sintieron cómo el espacio y el tiempo se entrelazaban a su alrededor.
Mientras viajaban, pasaron por un río de luces brillantes que parecía bailar a su alrededor. Lía se deslumbró con la vista y sonrió.
- “Mirá, ¡es como un río de estrellas! ” - dijo Lía, maravillada.
Sin embargo, de pronto el motor empezó a temblar.
- “Oh no, ¿Qué pasa? ” - preguntó Celio con su voz temblorosa. - “¿Estamos en problemas? ”
- “Creo que algo está interfiriendo con nuestro viaje. Necesito ajustar el mapa de navegación.” - dijo Lía, mientras manipulaba pantallas y botones en la consola de su nave.
De repente, fueron atraídos hacia un planeta desconocido, en el que el tiempo fluía de manera extraña. Allí conocieron a unos seres extraños y coloridos llamados Tiemposos, que podían moverse hacia adelante y hacia atrás en el tiempo como si fuera un juego.
- “¡Bienvenidos, viajeros! ” - gritaron los Tiemposos al unísono, haciendo piruetas en el aire. - “¿Qué los trae a nuestro rincón del universo? ”
- “Estamos buscando una estrella fugaz, pero tuvimos un pequeño accidente,” - explicó Lía.
- “Podemos ayudar. El tiempo aquí es flexible. Pueden ver cómo fue la estrella fugaz y quizás lo lleven a casa.” - dijo un Tiemoso llamado Zari, moviendo sus múltiples brazos.
Lía y Celio, intrigados, decidieron aceptar la ayuda. Los Tiemposos los llevaron a una enorme esfera de cristal que mostraba imágenes de cómo la estrella fugaz había aparecido y desaparecido en el tiempo.
- “¡Mirá, Lía! ¡Se está formando un agujero de gusano! ” - dijo Celio al observar la esfera.
- “¿Eso quiere decir que podemos viajar a través de él para volver a casa? ” - preguntó Lía, emocionada.
- “Exactamente. Pero hay una condición,” - respondió Zari. - “Deben usar la magia del tiempo solo con respeto y dejar que todo siga su curso. La curiosidad es buena, pero deben recordar que el tiempo no es un juguete.”
Lía asintió, comprendiendo la importancia de las palabras del Tiemoso. Con la ayuda de los Tiemposos, se prepararon para ingresar al agujero de gusano, que brillaba como un arco iris vibrante en el fondo del espacio.
En un instante, sintieron un empujón y, de repente, se encontraron de nuevo en su pequeña nave, mirando la misma estrella fugaz desde lejos.
- “¡Lo logramos! ” - gritó Celio. - “Estamos de vuelta.”
- “¡Gracias, Zari! ¡Hasta pronto! ” - dijo Lía, sonriendo hacia la nebulosa distante, ahora visible en el cielo brillar.
- “Recuerden, el tiempo y el espacio son un regalo. ¡Usen su curiosidad para aprender y explorar! ” - resonó la voz de Zari mientras se desvanecían en las estrellas.
Lía y Celio se miraron emocionados.
- “Vamos a seguir explorando, ¿no? ” - preguntó Lía con conocedores ojos brillantes.
- “¡Siempre! Después de todo, recién comenzamos a comprender el vasto universo que nos rodea.” - respondió Celio lleno de entusiasmo.
Y así, Lía continuó sus aventuras, explorando los secretos del universo, siempre recordando lo que había aprendido de los Tiemposos: que el tiempo es un misterio tan hermoso como el propio espacio, y que curiosidad y respeto pueden llevar al descubrimiento de los más grandes secretos del cosmos.
FIN.