El viaje de Marga y Abdel



Había una vez en la hermosa isla de Mallorca, España, una chica llamada Marga. Ella era muy trabajadora y dedicaba todo su tiempo a su trabajo como diseñadora gráfica.

A pesar de ser muy talentosa, tenía muchas inseguridades y sentía que nunca hacía lo suficiente. Un día, mientras revisaba sus redes sociales, recibió un mensaje de un chico llamado Abdel. Él también era diseñador gráfico y vivía en Marruecos.

Desde el primer momento, Abdel mostró mucho interés en Marga y comenzaron a hablar todos los días. Marga se sintió halagada por la atención que Abdel le prestaba pero siempre estaba ocupada con su trabajo y no podía responderle rápidamente.

Además, ella no sabía si podría confiar en alguien que conocía solo por internet. Abdel entendió las preocupaciones de Marga pero seguía insistiendo porque él realmente quería conocerla mejor. Un día le propuso tener una videollamada para verse cara a cara por primera vez.

Aunque al principio Marga estaba nerviosa, finalmente aceptó la propuesta de Abdel. Cuando se vieron frente a frente por la pantalla del ordenador, ambos quedaron sin palabras ante tanta belleza e inteligencia que encontraron uno en el otro.

Desde ese día comenzaron a hablarse más seguido y compartían sus ideas sobre diseño gráfico. Pero aunque Abdel trataba de organizar encuentros presenciales entre ellos dos para conocerse personalmente, Marga siempre encontraba alguna excusa para evitarlo.

Un mes después del primer contacto virtual entre ellos dos, Abdel volvió al chat con mucha tristeza: "Marga -dijo- tengo algo que decirte". "¿Qué pasa?" -preguntó Marga preocupada-. "Me duele mucho decirte esto, pero creo que lo nuestro no tiene futuro.

Me siento muy triste porque te quiero mucho y pensé que podríamos tener una relación maravillosa". Marga se sintió muy mal al escuchar eso.

Sabía que ella había sido la causa de su propia soledad y estaba arrepentida por haber dejado pasar tantas oportunidades para conocer a Abdel. Sin embargo, en lugar de rendirse, decidió hacer algo al respecto. Tomó un avión hacia Marruecos sin avisarle a Abdel y lo sorprendió en su casa.

En el momento en que se vieron cara a cara, ambos supieron que habían tomado la decisión correcta. Juntos comenzaron una nueva vida llena de aventuras y proyectos creativos.

Aprendieron a confiar el uno en el otro y descubrieron que las mejores cosas siempre vienen cuando menos las esperas. Desde ese día, Marga aprendió la importancia de no dejar escapar las oportunidades importantes en la vida por miedo o inseguridad.

Y Abdel aprendió que si realmente quieres algo, debes trabajar duro para conseguirlo. Y así vivieron felices para siempre creando diseños increíbles juntos mientras viajaban por todo el mundo buscando inspiración.

FIN.

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