El viaje de Margio en busca de Marilú



Margio era un joven explorador argentino que siempre había soñado con viajar y conocer diferentes lugares.

En enero del 2024, decidió emprender un nuevo viaje a Paraguay en busca de su amiga especial, una mariposa llamada Marilú que había conocido en uno de sus viajes anteriores. Al llegar a Paraguay, Margio se encontró con un paisaje lleno de colores y sonidos exóticos que lo maravillaron.

Recordaba la última vez que vio a Marilú revoloteando entre las flores de un jardín tropical, y estaba ansioso por reunirse con ella nuevamente. Decidió comenzar su búsqueda en el bosque cercano al pueblo donde había conocido a Marilú.

Mientras caminaba entre los árboles frondosos, escuchó una risa familiar y vio a lo lejos unas alas brillantes revoloteando. ¡Era Marilú! -¡Marilú! ¡Soy yo, Margio! -exclamó emocionado mientras corría hacia ella. La mariposa se posó delicadamente sobre su hombro y lo miró con sus grandes ojos comprensivos.

-¡Margio! ¡Qué alegría verte de nuevo! ¿Cómo has estado? -dijo Marilú con cariño. -Me alegra tanto volver a encontrarte. He estado bien, pero te he extrañado mucho. ¿Cómo has estado tú? -respondió Margio con una sonrisa.

Marilú contó cómo había explorado nuevos lugares en el bosque y cómo había hecho amigos entre las aves y otros insectos. Margio la escuchaba atentamente, fascinado por las aventuras de su amiga mariposa. De repente, un zumbido inusual interrumpió la conversación.

Era Zumbito, una abeja muy curiosa que siempre estaba buscando nuevas flores para recolectar polen. -¡Hola chicos! ¿Qué están haciendo? -preguntó Zumbito acercándose a ellos. -Estamos hablando sobre nuestras aventuras. ¿Te gustaría unirte a nosotros? -invitó Margio cortésmente.

Zumbito aceptó encantado y les contó sobre los desafíos que enfrentaba como recolector de polen y cómo disfrutaba cada día descubriendo nuevas flores en el bosque. Los tres amigos siguieron compartiendo historias y risas mientras recorrían el bosque juntos.

Margio se dio cuenta de lo importante que era tener amigos especiales como Marilú y Zumbito, quienes le enseñaban valiosas lecciones sobre la amistad, la naturaleza y la importancia de cuidar el medio ambiente.

Al final del día, cuando el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, Margio se despidió de sus amigos prometiéndoles volver pronto para seguir explorando juntos. Mientras regresaba al pueblo, reflexionaba sobre todas las experiencias vividas durante ese día tan especial.

Estaba agradecido por haber encontrado a Marilú y Zumbito nuevamente, sabiendo que la verdadera magia de la vida radicaba en los pequeños momentos compartidos con aquellos que más queremos.

Y así termina esta historia llena de aventuras, amistad e inspiración para todos aquellos pequeños exploradores como Margio que nunca dejarán de buscar nuevos horizontes junto a sus amigos especiales.

FIN.

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