El viaje de Marianela
Había una vez en un pequeño pueblo costero de Argentina, una niña llamada Marianela. Desde que era muy pequeña, le encantaba el mar.
Pasaba horas jugando en la playa, recolectando almejas y observando las olas romper suavemente en la orilla. Marianela soñaba con vivir cerca del mar algún día. Quería despertar cada mañana con el sonido de las gaviotas y sentir la brisa salada acariciando su rostro.
Pero por ahora, vivía en un pueblo alejado de la costa, rodeado de campos verdes y montañas. Un día, mientras paseaba por la playa, encontró una botella con un mensaje adentro. Lo sacó emocionada y leyó: "Si sueñas con el mar, sigue tu corazón y encontrarás tu camino".
Aquellas palabras resonaron en lo más profundo de su ser y decidida a cumplir su deseo, decidió emprender un viaje hacia el océano.
Con una mochila llena de ilusiones y determinación en su mirada, Marianela se despidió de su familia y amigos para seguir aquella misteriosa señal que había encontrado en la botella. Durante su travesía, Marianela enfrentó diversos desafíos. Cruzó ríos caudalosos, escaló altas montañas e incluso se perdió en un denso bosque.
Pero nunca perdió la esperanza ni dejó de seguir las estrellas que brillaban en el cielo nocturno como si fueran destellos del mar que tanto amaba.
Finalmente, después de días caminando sin descanso, llegó a un acantilado desde donde podía ver el inmenso océano extendiéndose hasta donde alcanzaba la vista. Las lágrimas brotaron de sus ojos al darse cuenta de que había logrado llegar a su anhelado destino.
"¡Es hermoso!", exclamó Marianela emocionada mientras las olas rompían contra las rocas bajo sus pies. En ese momento sintió una presencia a su lado. Era un anciano pescador que le dijo:"El mar te ha guiado hasta aquí porque sabe lo mucho que lo amas.
Nunca pierdas esa conexión especial que tienes con él". Marianela asintió con gratitud y se quedó contemplando el horizonte dorado por el sol poniente.
Sabía que ese era solo el comienzo de una nueva etapa en su vida; una vida llena de sueños cumplidos y aventuras junto al mar que tanto amaba.
Y así fue como Marianela encontró su hogar junto al océano, donde cada día renovaba su amor por la naturaleza y agradecía por haber seguido fielmente los latidos de su corazón hasta alcanzar aquello que más anhelaba: vivir cerca del mar.
FIN.