El Viaje de Martina hacia las Estrellas



Había una vez una niña llamada Martina que soñaba con las estrellas. Todas las noches, se quedaba mirando por la ventana de su habitación, imaginando que podía volar y tocarlas. Una noche, mientras observaba el cielo estrellado, le susurró a su perrito, Astro:

"¡Ay, Astro! Ojalá pudiera viajar a las estrellas, ver cómo son de cerquita. ¡Sería maravilloso!"

Astro movió la cola, como si entendiera lo que su dueña deseaba. De repente, un rayo de luz brilló frente a Martina, y, por arte de magia, apareció un pequeño cohete. Era un cohete colorido, lleno de pegatinas de estrellas y planetas.

"¡Hola, Martina! Soy Stardust, el cohete volador. ¿Estás lista para un viaje increíble?"

"¡Sí! ¡Sí! Me encantaría! Pero, ¿es seguro?"

"¡Por supuesto! Solo necesitas abrocharte el cinturón y desear con todas tus fuerzas ir a las estrellas."

Martina se colocó el cinturón, y con un emocionante '¡3, 2, 1, despegue!', el cohete se elevó hacia el cielo. Las luces de la ciudad se volvieron pequeñas y, poco a poco, fueron desapareciendo.

"¡Mirá, Astro! ¡Estamos volando entre las estrellas!"

Mientras viajaban, conocieron a diferentes criaturas del espacio. Un caracol cósmico llamado Galáctico les dijo:

"¡Hola, viajeros! Vengan a ver el Bosque de Estrellas Brillantes. Allí, las estrellas nacen cada día."

Martina y Astro siguieron a Galáctico y descubrieron un hermoso bosque lleno de estrellas de colores, que parecían danzar al ritmo del viento.

"¡Es increíble!" exclamó Martina. "¿Cómo nacen las estrellas, Galáctico?"

"Las estrellas nacen de sueños. Cada sueño de un niño que mira al cielo alimenta a las estrellas. Pero hay que cuidarlas, porque algunos sueños se duermen y se apagan. Debemos mantener vivos los sueños de cada niño."

Martina se sintió inspirada. Ella siempre había soñado con ser astronauta y mostrarle a todos que perseguir los sueños es lo más importante.

Luego, un fuerte viento los llevó hacia un Planeta de los Sueños donde los sueños se hacían realidad. Allí, se encontró con un viejo sabio, el Maestro Nebuloso, que dijo:

"Martina, ¿qué sueñas?"

"Sueño con viajar al espacio y descubrir estrellas nuevas. Pero a veces me siento muy pequeña y pienso que no puedo lograrlo."

"Cada estrella que ves fue una vez solo un sueño. Recuerda que no hay sueños pequeños, solo personas que dejan de soñar. La clave para lograrlo es nunca rendirse y siempre creer en ti misma."

Con esas palabras resonando en su corazón, Martina comprendió que su viaje estaba a punto de terminar. Regresaron al cohete y, al despegar, se llevó consigo el consejo del Maestro Nebuloso.

Tras un emocionante regreso, Martina aterrizó en su jardín con Astro saltando de alegría.

"¡Lo logré, Astro! Ahora sé que puedo alcanzar las estrellas. ¡Debo compartir esto con mis amigos!"

Desde ese día, Martina se dedicó a inspirar a otros a soñar. Organizó reuniones en su escuela donde cada niño podía expresar sus sueños, y juntos, hacían murales llenos de estrellas.

"Si todos soñamos juntos, ¡podremos lograr cualquier cosa!" les decía.

Y así, Martina aprendió que su sueño de viajar a las estrellas había comenzado desde su corazón, y que, al compartirlo, podía iluminar el cielo de los sueños de otros. Mientras miraba las estrellas cada noche, sonreía, sabiendo que su aventura nunca terminaría, porque siempre habría nuevos sueños por descubrir.

FIN.

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