El viaje de Mateo



Había una vez un pequeño niño llamado Mateo que vivía en un tranquilo pueblo rodeado de montañas. Un día, su madre cayó gravemente enferma de una rara enfermedad y los médicos no tenían la medicina necesaria para curarla.

Mateo sabía que debía hacer algo para salvar a su madre, así que decidió emprender un viaje en busca del remedio.

El anciano del pueblo le contó sobre un valle encantado donde se encontraba esa medicina milagrosa, pero advirtió a Mateo sobre los peligros que enfrentaría en el camino. Sin dejarse intimidar por las advertencias, Mateo se preparó con determinación y coraje. Empacó algunas provisiones y partió hacia el valle encantado.

En su camino, se encontró con una bruja malvada. La bruja le dijo: "Si quieres obtener la medicina mágica para tu madre, debes superar mi desafío". Mateo aceptó valientemente y la bruja lo llevó a través de un laberinto oscuro lleno de trampas mortales.

A medida que avanzaban, Mateo demostraba astucia e ingenio al evitar las trampas y finalmente logró salir del laberinto. Agradecida por haber superado su desafío, la bruja le dio a Mateo un mapa secreto que lo guiaría hasta el valle encantado.

Siguiendo las indicaciones del mapa, nuestro héroe siguió adelante. En el valle encantado descubrió que estaba protegido por ogros malignos.

Estos ogros eran grandes y temibles, pero Mateo recordaba las palabras de su madre: "El amor y la valentía siempre vencerán al miedo". Con coraje en su corazón, se enfrentó a los ogros uno por uno. Al llegar al final del valle, encontró un árbol mágico que tenía las hojas necesarias para hacer la medicina.

Pero el árbol estaba custodiado por un enorme dragón. Mateo sabía que no podía luchar contra el dragón solo, así que decidió utilizar su astucia.

Se acercó al dragón y le dijo: "-Querido dragón, mi madre está muy enferma y necesito esas hojas para salvarla. ¿Podrías ayudarme?". El dragón se conmovió por la honestidad y determinación de Mateo, y accedió a darle las hojas sin pelear.

Con las hojas en sus manos, Mateo regresó rápidamente a su pueblo y entregó la medicina a los médicos. Después de tomarla, su madre comenzó a mejorar poco a poco hasta recuperarse por completo.

Todos en el pueblo estaban maravillados por la valentía de Mateo y cómo había superado todos los obstáculos para salvar a su madre. Desde ese día en adelante, Mateo fue considerado un héroe entre ellos. La historia de Mateo nos enseña que nunca debemos rendirnos frente a los desafíos difíciles.

Si tenemos coraje, determinación y usamos nuestra inteligencia, podemos superar cualquier obstáculo que se presente en nuestro camino hacia nuestros sueños más preciados.

FIN.

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