El Viaje de Mateo



Había una vez en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, un niño llamado Mateo que siempre soñaba con ser astronauta.

Desde muy chico, miraba las estrellas todas las noches y se maravillaba con la inmensidad del universo. Un día, mientras paseaba por el campo cerca de su casa, encontró una vieja nave espacial abandonada. Mateo no podía creer lo que veía. Se acercó lentamente y tocó la nave con cuidado.

De repente, la nave comenzó a brillar y una escalera se desplegó hacia abajo invitándolo a subir. Mateo sintió un escalofrío de emoción recorrer su cuerpo y decidió subir a la nave sin dudarlo.

Una vez adentro, vio luces parpadeantes y pantallas con extraños símbolos luminosos. La puerta se cerró detrás de él y la nave despegó silenciosamente hacia el espacio exterior. -¡Wow! ¡Estoy volando al espacio! -exclamó Mateo asombrado.

De repente, una voz suave resonó en la cabina de la nave: "Hola Mateo, soy Astra, tu nueva amiga robot". -¡Hola Astra! ¿Cómo es que hablas? -preguntó Mateo sorprendido. "Soy un robot especial diseñado para ayudarte en tu viaje interestelar", respondió Astra.

Durante el viaje, Astra le enseñó a Mateo sobre las constelaciones, los planetas y las maravillas del universo. Juntos exploraron asteroides brillantes y visitaron galaxias lejanas llenas de colores increíbles.

Pero un día, mientras cruzaban un cinturón de asteroides peligrosos, la nave sufrió un desperfecto y quedaron varados en medio del espacio sin poder moverse. -¡Oh no! ¿Y ahora qué haremos? -preguntó preocupado Mateo. Astra analizó la situación y le dijo a Mateo: "Tengo una idea. Podemos usar nuestra creatividad e ingenio para reparar la nave juntos".

Así que Mateo y Astra trabajaron en equipo utilizando piezas recicladas que encontraron en la nave para arreglar el motor dañado. Fue un trabajo duro pero finalmente lograron hacer funcionar nuevamente la nave.

-¡Lo logramos! ¡Vamos a seguir nuestro viaje! -exclamó emocionado Mateo. Después de esa experiencia emocionante, Mateo comprendió que con esfuerzo, trabajo en equipo y creatividad se pueden superar cualquier obstáculo por difícil que parezca.

Y aunque regresaron sanos y salvos a su hogar en el pueblo de Buenos Aires, siempre recordaría aquel increíble viaje espacial que lo marcó para siempre.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!