El viaje de Mateo


Había una vez un niño llamado Mateo, que vivía en un pequeño pueblo en Argentina. Era un niño muy curioso y aventurero, siempre buscando nuevas formas de divertirse.

Un día, mientras estaba jugando en el jardín de su casa, vio algo brillante en el cielo. "-¡Mamá, mamá! ¡Ven a ver esto!" exclamó Mateo emocionado. Su mamá salió corriendo al jardín y levantó la mirada hacia el cielo.

Vio una estrella muy especial que parecía estar más cerca de lo normal. "-¿Qué crees que sea?" preguntó la mamá intrigada. "-No lo sé, pero quiero descubrirlo" respondió Mateo decidido. Esa noche, Mateo no podía dormir pensando en esa estrella misteriosa.

Decidió contarle todo a su hermana mayor, Sofía. "-Sofi, ¿has visto esa estrella tan brillante? ¡Creo que es diferente a las demás!" le dijo emocionado Mateo. Sofía también se sintió intrigada y decidieron investigar juntos qué podría ser aquella estrella tan especial.

Fueron a buscar a su papá para pedirle ayuda. "-Papá, hay una estrella muy brillante en el cielo esta noche. ¿Podemos ir a verla más de cerca?" preguntaron ambos niños emocionados.

El papá sonrió y aceptó acompañarlos en esta nueva aventura. Juntos prepararon una mochila con linternas y binoculares para explorar mejor la estrellita. Caminaron durante horas hasta llegar al campo abierto donde se encontraba la estrellita.

Pero cuando llegaron, se dieron cuenta de que no era una estrella, ¡sino un pequeño avión espacial! El piloto del avión salió y los saludó amigablemente. Era un extraterrestre llamado Zarko. "-Hola, niños. Soy Zarko y vengo de otro planeta.

Mi nave tuvo un problema y aterricé aquí" explicó el extraterrestre. Mateo, Sofía y su papá quedaron asombrados por la visita inesperada. "-¡Es increíble! ¿Cómo hiciste para llegar hasta aquí?" preguntó Mateo emocionado.

Zarko les contó sobre su viaje desde su planeta natal y cómo había decidido explorar otros lugares del universo. "-Pero ahora necesito encontrar una pieza para reparar mi nave y regresar a casa" dijo Zarko preocupado. Los niños se ofrecieron a ayudarlo en su búsqueda.

Juntos caminaron por el campo, buscando la pieza que faltaba en la nave espacial de Zarko. Después de mucho buscar, encontraron lo que necesitaban: una llave especial. Regresaron al avión espacial y Zarko pudo repararlo rápidamente con la ayuda de Mateo, Sofía y su papá.

El extraterrestre estaba muy agradecido por toda la ayuda recibida. "-¡Muchas gracias! Sin ustedes no habría podido arreglar mi nave" dijo Zarko emocionado.

Antes de partir hacia su planeta natal, Zarko le dio a Mateo un regalo muy especial: un mapa del universo con todas las estrellas marcadas. "-Ahora podrás explorar el universo desde tu propio hogar" le dijo Zarko sonriendo.

Mateo, Sofía y su papá se despidieron de Zarko y regresaron a casa, llenos de alegría y emoción por la aventura que habían vivido. A partir de ese día, Mateo comenzó a aprender sobre las estrellas y los planetas, soñando con un día viajar más allá del cielo.

Y así, el pequeño Mateo descubrió que no hace falta ir muy lejos para vivir grandes aventuras. A veces, solo hay que levantar la mirada al cielo para encontrar algo maravilloso esperando ser explorado.

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