El viaje de Mateo



Había una vez un joven llamado Mateo, que tenía la habilidad de viajar por universos. Con su mochila llena de aventuras y curiosidad, recorría diferentes dimensiones descubriendo lugares maravillosos y conociendo seres extraordinarios.

Un día, mientras exploraba un universo desconocido, algo salió mal en su viaje interdimensional y quedó varado en un mundo extraño y sin ninguna forma de regresar a casa.

Mateo se encontraba solo, sin comida ni agua, pero sabía que debía mantener la esperanza y buscar una forma de sobrevivir. Caminando por aquel lugar desconocido, Mateo encontró un pequeño pueblo donde vivían seres muy peculiares: eran criaturas mitad animales y mitad humanas.

Aunque al principio le dieron miedo, pronto comprendió que eran amigables y podían ayudarlo. Mateo se acercó a uno de ellos llamado Lucas, quien era mitad oso y mitad humano. Le explicó su situación y cómo había quedado atrapado en ese mundo desconocido. Lucas escuchó atentamente y decidió ayudarlo.

"No te preocupes, Mateo", dijo Lucas con voz amable. "Aquí tenemos todo lo necesario para sobrevivir. Ven conmigo".

Lucas llevó a Mateo hasta una cueva escondida donde guardaban alimentos naturales del bosque: frutas frescas, nueces deliciosas e incluso miel dulce como el néctar de las flores. Además, enseñó a Mateo cómo conseguir agua pura filtrándola a través de rocas especiales que había en el río cercano.

"Con estos alimentos y agua, podrás sobrevivir mientras encontramos una forma de ayudarte a regresar a casa", explicó Lucas. Mateo se sintió aliviado y agradecido por la generosidad de Lucas y el pueblo. A medida que pasaban los días, Mateo aprendió más sobre aquel mundo desconocido.

Descubrió plantas medicinales con propiedades curativas y animales amigables que lo acompañaron en sus exploraciones. Un día, mientras caminaba por el bosque, Mateo encontró un extraño objeto brillante en el suelo. Era un mapa antiguo que mostraba la ubicación de diferentes portales interdimensionales.

Con emoción, corrió hacia el pueblo para mostrarles su hallazgo. "¡Lucas! ¡Encontré un mapa con portales interdimensionales! Tal vez pueda regresar a casa", exclamó Mateo emocionado. Lucas examinó detenidamente el mapa y sonrió.

"Creo que esto es justo lo que necesitábamos, Mateo. Según este mapa, hay un portal cercano que podría llevarte de vuelta a tu universo". Con esperanza renovada, Mateo se despidió del pueblo con gratitud y siguió las indicaciones del mapa hasta llegar al portal interdimensional.

Cruzando ese umbral mágico, se encontró nuevamente en su hogar rodeado de familiares y amigos.

Aunque extrañaría aquel mundo desconocido y sus nuevos amigos mitad animales mitad humanos, Mateo había aprendido una valiosa lección: nunca rendirse ante las dificultades y siempre confiar en la bondad de los demás. Desde entonces, cada vez que viajaba por universos recordaba esa experiencia y compartía su historia con otros, inspirándolos a ser valientes y perseverantes en todas las situaciones de la vida.

Y así, Mateo se convirtió en un viajero de corazón noble que siempre llevaba consigo el recuerdo de aquel mundo desconocido y sus amigos especiales.

FIN.

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