El viaje de Mateo con Luna



a iluminaba sus noches y le contaba historias a través de su brillo misterioso. Mateo pasaba horas contemplando la Luna, imaginando aventuras en tierras lejanas y creando mundos llenos de magia en su mente.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, Mateo escuchó un susurro suave que lo llamaba por su nombre. Intrigado, siguió el sonido hasta llegar a un claro donde encontró a una hermosa hada sentada sobre una roca brillante. "-Hola, Mateo.

He estado esperándote", dijo el hada con una voz melodiosa. Mateo se quedó boquiabierto. Nunca había visto un hada antes y menos aún hablando con él. "-¿Quién eres tú?", preguntó Mateo con timidez.

"-Soy Luna, la guardiana de los sueños. He observado tu fascinación por mí durante todas estas noches y he decidido concederte un deseo especial", respondió el hada con una sonrisa radiante. Mateo no podía creer lo que estaba escuchando.

¿Realmente iba a poder pedirle algo a esta criatura mágica?"-Quiero viajar contigo a la Luna", dijo Mateo emocionado. Luna asintió con ternura y extendió su mano hacia él.

En ese momento, ambos se elevaron en el aire y comenzaron un viaje increíble hacia el satélite plateado que iluminaba las noches de Mateo. Durante el camino, Luna le contó historias maravillosas sobre las estrellas y los secretos del universo.

Mateo estaba extasiado ante tanta belleza y sabiduría que nunca hubiera imaginado encontrar en sus sueños más fantásticos. Finalmente, llegaron a la Luna, donde todo parecía brillar con luz propia y los colores danzaban en armonía perfecta.

Mateo sintió una paz infinita que lo envolvía como si perteneciera verdaderamente a aquel lugar mágico. "-Gracias por traerme hasta aquí, Luna. Este es el mejor regalo que podría haber deseado", expresó Mateo con gratitud en su corazón.

Luna lo abrazó con cariño y le prometió seguir visitándolo en sus sueños para compartir más aventuras juntos. Con esa promesa resonando en su mente, Mateo regresó a casa justo cuando amanecía, llevando consigo la certeza de que los sueños pueden convertirse en realidad si uno cree lo suficiente en ellos.

Y así comenzó la extraordinaria historia del niño que soñaba con la Luna; una historia llena de magia, amistad y descubrimientos inimaginables que cambiarían para siempre la vida de Mateo.

FIN.

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