El viaje de Mateo y la búsqueda de la salud
En la ciudad de Iquitos, una región rodeada de exuberante naturaleza, vivía un niño llamado Mateo. Mateo era curioso, siempre con una sonrisa en el rostro y lleno de energía.
Sin embargo, un día comenzó a sentirse débil y cansado, lo cual le impedía disfrutar de las aventuras que tanto le gustaba vivir. Su mamá, preocupada por su salud, lo llevó al hospital para que lo revisaran.
Allí, el doctor les explicó que Mateo tenía dengue, una enfermedad transmitida por los mosquitos que eran comunes en su región. Mateo se asustó al escuchar las palabras del médico, pero su mamá lo abrazó y le prometió que lo ayudaría a recuperarse.
- Mami, ¿cómo puedo evitar que esto vuelva a pasar? - preguntó Mateo con preocupación. - Bueno, hijo, debemos cuidarnos de los mosquitos. Usa repelente, ropa que te proteja y evita acumular agua en recipientes alrededor de la casa, así no tendrán donde criar.
Además, es importante que cuides tu salud y te alimentes bien para tener las defensas altas - respondió su mamá con ternura. Siguiendo los consejos de su mamá, Mateo se recuperó y volvió a sentirse fuerte y lleno de vida.
Pero a medida que pasaban los días, Mateo vio cómo algunos de sus amigos también se enfermaban, algunos con malaria, otros con leptospirosis. Decidió actuar y buscar una solución. Convocó a todos sus amigos para unir esfuerzos y encontrar formas de prevenir estas enfermedades.
Juntos, limpiaron los espacios donde se acumulaba agua, compartieron información sobre cómo protegerse de los mosquitos y concientizaron a sus familias para que se sumaran a la causa.
Su esfuerzo dio frutos, poco a poco comenzaron a ver menos casos de enfermedades transmitidas por vectores en su comunidad. Mateo sintió un gran orgullo al ver el impacto positivo que habían logrado.
Desde ese día, se convirtió en un defensor de la salud en su región, inspirando a otros niños y niñas a cuidarse y cuidar el entorno en el que vivían.
FIN.