El viaje de Mateo y Paz
Había una vez en Aranda de Duero, un niño llamado Mateo que siempre soñaba con la paz en el mundo.
Todos los años, el colegio de Mateo celebraba el Día de la Paz con actividades especiales y él estaba muy emocionado por participar. Una mañana, mientras paseaba por el parque, Mateo vio a un perro callejero que parecía perdido y triste. Sin dudarlo, se acercó al perro y le acarició la cabeza.
El animal lo miró con agradecimiento y empezó a seguirlo a todas partes. Mateo decidió llamar al perro —"Paz" en honor al Día de la Paz que se acercaba. Juntos pasaron días felices recorriendo las calles de Aranda de Duero y compartiendo momentos especiales.
Pero un día, mientras caminaban cerca del río, Mateo vio algo inesperado: ¡un barco abandonado!"¡Mira Paz, un barco! ¿Te imaginas poder navegar juntos por el río?" -exclamó Mateo emocionado.
El niño sabía que no sería fácil hacer realidad su sueño, pero decidió intentarlo. Con la ayuda de sus amigos del colegio, organizaron una colecta para arreglar el barco y convertirlo en uno nuevo para navegar.
Después de semanas de trabajo duro y dedicación, el barco estaba listo para zarpar. En el Día de la Paz, Mateo y Paz invitaron a toda la comunidad a dar un paseo en barco por el río como símbolo de amor y unidad.
La gente se reunió emocionada en el muelle y pronto partieron hacia aguas desconocidas. Durante el viaje, compartieron risas, historias e incluso cantaron canciones juntos. La paz reinaba en ese momento tan especial.
Al regresar al puerto al atardecer, todos se abrazaron sintiéndose más unidos que nunca. Mateo comprendió entonces que la verdadera paz comienza con pequeños gestos de amor y solidaridad hacia los demás. "Gracias por ayudarme a cumplir mi sueño", le dijo Mateo a Paz mientras lo abrazaba con cariño.
Y así fue como aquel Día de la Paz se convirtió en una experiencia inolvidable para todos los habitantes de Aranda de Duero gracias al niño soñador que creyó en la magia de hacer del mundo un lugar mejor junto a su fiel amigo canino.
FIN.