El Viaje de Mavie
En un rincón del vasto océano, vivía una sirena llamada Mavie, conocida por su belleza y curiosidad. Su madre, la Reina Sirena, era la protectora del reino submarino. Desde pequeña, Mavie soñaba con explorar el mundo más allá de las aguas, pero su madre siempre le decía: "Querida Mavie, el mundo exterior puede ser peligroso. Hay seres que no comprenden la magia del mar".
Un día, mientras jugaba cerca de la superficie, Mavie se encontró con un colorido barco que navegaba sobre las olas. Fascinada, nadó hacia él. Estaba tan entusiasmada que no notó el peligro que acechaba. Un malvado capitán, conocido por atrapar sirenas y venderlas, la vio y sonrió de manera maliciosa. "¡Qué hermosa criatura!", exclamó, lanzando una red sobre Mavie.
Mavie gritó: "¡Ayuda! ¡No!". Pero su voz se ahogó entre el ruido del viento y las olas. El capitán la llevó lejos, a una isla desierta, donde planeaba exhibirla como una rareza.
Mientras tanto, la Reina Sirena, al notar la ausencia de su hija, reunió a sus amigos del mar: el sabio delfín Niko, la valiente tortuga Tula y el astuto pez Payaso, que siempre tenía un plan.
"No podemos quedarnos de brazos cruzados", dijo Tula con determinación.
"¡Vamos a buscar a Mavie!", respondió Niko, saltando de alegría.
"Yo tengo un amigo entre los barcos que puede ayudarnos", agregó Payaso.
Así, los amigos del mar emprendieron su búsqueda. Nadaron por corrientes rápidas, preguntaron a otras criaturas y finalmente se enteraron de que el capitán había llevado a Mavie a una isla cercana.
Cuando llegaron a la isla, se dieron cuenta de que estaba custodiada por el feroz capitán y su tripulación. "¿Cómo vamos a rescatarla?", preguntó Niko, preocupado.
"Necesitamos un plan", sugirió Tula.
-
FIN.