El viaje de Merícles
En una tierra lejana, vivía Merícles, un valiente joven hijo de Centurión, el gran guerrero. Un día, mientras Merícles exploraba las dunas del desierto, un viento fuerte sopló y le arrebató su preciado amuleto. El amuleto, regalo de su difunta madre, era su posesión más preciada. Sin él, Merícles sentía que le faltaba algo importante en su vida. Decidido a recuperarlo, emprendió un viaje hacia el golfo Pérsico.
Durante su travesía, Merícles se encontró con Ali, un mercader ambulante. -Hola, joven viajero. Veo que llevas en tu rostro la tristeza del que ha perdido algo valioso. ¿En qué puedo ayudarte? -preguntó Ali con amabilidad. Merícles le contó sobre su amuleto perdido y su determinación para recuperarlo. -Te ayudaré en tu travesía, pero ten cuidado, el golfo Pérsico es un lugar de misterios y desafíos -advirtió Ali.
Merícles y Ali se adentraron en el golfo Pérsico. En su camino, se encontraron con criaturas marinas y desafíos inesperados. Sin embargo, con valentía y astucia, lograron sortear cada obstáculo. Finalmente, llegaron a una deslumbrante ciudad submarina, donde el amuleto estaba resguardado por el rey del mar.
El rey del mar les propuso un desafío: traerle una perla mágica de las profundidades del océano. Sin dudarlo, Merícles y Ali se sumergieron en las aguas cristalinas. Después de enfrentar peligrosas criaturas marinas, encontraron la preciada perla. Con su tesoro en mano, regresaron a la ciudad submarina y se la ofrecieron al rey del mar.
Impresionado por su valentía, el rey del mar les entregó el amuleto de Merícles. Emocionado y agradecido, Merícles volvió a la superficie con su valioso amuleto y su nuevo amigo Ali.
Desde ese día, Merícles entendió que, con determinación, valentía y la ayuda de buenos amigos, ningún desafío es imposible de superar.
FIN.