El Viaje de Nico al Mundo de los Meses



Era un día soleado cuando Nico decidió salir al jardín a jugar. La brisa fresca lo invitaba a explorar y no pudo resistir la tentación de aventurarse. Sin embargo, mientras corría, su pie se tropezó con una piedra, y de repente, ¡zas! , cayó en un agujero profundo.

Cuando Nico abrió los ojos, se encontró en un lugar mágico lleno de árboles de colores, ríos de caramelos y flores que cantaban. Delante de él, una pequeña hada con alas brillantes lo miraba con curiosidad.

-¡Hola, Nico! Soy Lía, el hada del camino. Has llegado al Mundo de los Meses, y para regresar a tu hogar, tendrás que elegir un camino que te lleve a través de los meses del año en orden. ¡Pero apúrate, tu mamá te espera para su cumpleaños! -

Nico asintió emocionado y un poco nervioso. Sabía que era una gran aventura, así que se armó de valor y le preguntó a Lía:

-¿Cómo elijo el camino correcto? -

-Es sencillo - respondió Lía con una sonrisa - Cada camino tiene un desafío especial relacionado con el mes que representa. Te ayudaré en cada uno de ellos. ¡Vamos a comenzar con enero! -

Nico siguió a Lía y pronto llegaron a un sendero cubierto de nieve.

-¡Bienvenido a enero! - exclamó Lía. -Aquí necesitarás ayudar a los animales a encontrar comida en el frío. ¿Puedes construir un refugio para ellos? -

Nico se puso a trabajar y, usando ramas y hojas, creó un pequeño refugio. Los animales agradecidos lo acompañaron hasta el siguiente mes.

-¡Buen trabajo, Nico! Ahora, elige abril. - Lía lo llevó a un jardín repleto de flores en plena primavera.

-Para avanzar aquí, deberás plantar semillas y cuidarlas. ¿Te animas? -

-¡Sí, claro! - respondió Nico entusiasmado. Se agachó y con mucho cuidado plantó las semillas, regándolas con amor. Rápidamente, las flores empezaron a brotar y el jardín se llenó de colores.

-¡Increíble! - aplaudió Lía. -Visitemos ahora julio, donde debes ayudar a tus nuevos amigos a preparar una gran fiesta de invierno. Puedes traerle calor y alegría en esta época fría. ¿Cómo lo harías? -

Nico pensó un instante y dijo:

-¡Voy a organizar una competencia de hacer muñecos de nieve y preparar chocolate caliente! -

Armó un evento, y todos se divirtieron y rieron. Una vez más, lograron cumplir con el desafío. Después de varios meses, Nico llegó a octubre, donde conoció a una familia de fantasmas amistosos.

-Bienvenido a octubre - dijo uno de ellos. -Necesitamos ayuda para decorar nuestra casa para Halloween. ¿Puedes ayudarnos a hacerla más espeluznante? -

Nico, que nunca había decorado para Halloween, se puso creativo y empezó a colgar telarañas y calabazas felices. Al terminar, los fantasmas estaban tan contentos que lo invitaron a una fiesta especial.

-Muchas gracias, Nico. Eres un gran amigo. Ahora es tu turno de elegir el camino de diciembre, donde tendrás que ayudar a renos a volar. ¿Tienes alguna idea? -

Nico sonrió y dijo:

-¡Podríamos tener una carrera de renos! Les daré un poco de magia extra. - Y así lo hizo, alentándolos y haciéndolos correr en una competencia llena de risas y alegría.

Finalmente, tras muchos caminos y desafíos, llegaron al último mes, que era marzo. Aquí Lía le dijo:

-Has llegado al fin de tu viaje, Nico. Para salir de este mundo, debes recitar en voz alta las palabras mágicas que aprendiste aquí. ¿Cuál es tu mayor aprendizaje? -

Nico reflexionó y sonrió:

-Que ayudar a los demás y trabajar en equipo trae mucha felicidad. ¡Y que cada mes tiene su propia belleza! -

Lía sonrió y dijo: -¡Exacto! Ahora, el último paso. ¡Repite conmigo! ‘La amistad, la alegría y el trabajo en equipo siempre nos guiaron en este mundo!'-

Ambos recitaron las palabras y, con un destello de luz, Nico se encontró de nuevo en su jardín, justo a tiempo para el cumpleaños de su mamá.

Al llegar, abrazó a su mamá y le dijo:

-Mamá, ¡te tengo el mejor regalo del mundo! - y le contó toda su aventura mágica, prometiendo que siempre cuidaría cada mes y sus aprendizajes.

Nico supo que aunque a veces la vida lo llevara por caminos inesperados, lo importante siempre sería el amor y la alegría.

Y así, Nico nunca dejó de jugar y explorar, recordando siempre que cada mes tenía su propia magia y enseñanza.

FIN.

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