El viaje de Nico, el caracol aventurero



Había una vez un pequeño caracol llamado Nico que vivía en un tranquilo jardín lleno de flores y hojas frescas. Aunque sus amigos caracoles estaban contentos deslizándose entre las hojas de siempre, Nico tenía un sueño: quería ver el otro lado de la cerca del jardín, donde decían que había un mundo lleno de maravillas y aventuras.

Un día, mientras sus amigos, la familia de Nico, se acomodaban en sus conchas para una siesta, él decidió que era el momento de hacer su sueño realidad. Con una sonrisa en su rostro y su casa a cuestas, se despidió de sus amigos.

"¿A dónde vas, Nico?" preguntó su amiga Lila, un caracol pintado de amarillo.

"Voy a ver el otro lado de la cerca. ¡Quiero conocer el mundo que hay más allá!" respondió emocionado.

"Pero hay peligros ahí fuera. ¿No te da miedo?" cuestionó Lila, preocupada.

"Un poco, pero tengo que intentarlo. ¡No puedo quedarme aquí siempre!"

Y así, Nico inició su aventura. Se deslizó lentamente por la tierra, disfrutando del calor del sol y el frescor de la hierba. Cuando llegó a la cerca, se dio cuenta de que era más alta de lo que imaginaba.

"¡Oh, no! ¿Cómo voy a pasar?" exclamó Nico, mirando hacia arriba.

Justo entonces, escuchó una voz amistosa. Era un pájaro llamado Pico.

"¿Qué te pasa, pequeño amigo?" le preguntó Pico.

"Quiero ver el otro lado de la cerca, pero no sé cómo subir."

"Puedo ayudarte. Pero tendrás que ser valiente y confiar en mí."

Nico sintió un cosquilleo de emoción.

"¡Voy a intentarlo!"

Pico bajó y se posó junto a Nico, preparándose para llevarlo. Con un fuerte aleteo, Pico levantó a Nico en su pico, y juntos volaron sobre la cerca. Una vez del otro lado, Nico se sintió alucinado.

"¡Guau! ¡Mirá todo esto!" dijo Nico, maravillado ante un vasto campo de flores de colores brillantes y árboles majestuosos.

"Es increíble, gracias, Pico!"

Mientras exploraba, conoció nuevos amigos: una mariposa llamada Bella y un gusano inteligente llamado Guto, que le enseñaron sobre diferentes plantas y animales.

"Hay tanto por aprender y descubrir, chicos!" dijo Nico entusiasmado.

"¡Claro! Aquí el mundo es más grande de lo que pensabas, y siempre hay algo nuevo que explorar!" dijo Bella.

Sin embargo, mientras jugaban, sintieron un temblor en el suelo.

"¿Qué fue eso?" preguntó Nico, asustado.

"¡Rápido, tenemos que escondernos!" gritó Guto. Y todos se refugiaron bajo un gran hongo.

El temblor fue causado por un gigantesco tractor que estaba cortando el campo.

"¿Qué vamos a hacer, chicos? Si el tractor sigue, nuestro hogar estará en peligro!" lamentó Bella.

"Debemos encontrar una manera de detenerlo, o al menos advertir a los demás."

"¡Yo sé!" exclamó Nico, "Podemos hacer señales desde lo alto de esa colina. ¡Así alertaremos a los otros animales!"

Y rápidamente, todos se unieron. Mientras Nico subía por la colina, sus amigos hicieron ruido para atraer la atención de otros animales. Con mucho esfuerzo, Nico logró llegar a la cima.

"¡Todos, escuchen! Necesitamos unirnos y movernos!" empezó a gritar.

Juntos, con sus esfuerzos combinados, se organizaron e hicieron una cadena de animales que llamaba la atención del tractor. Los humanos notaron el movimiento y detuvieron la máquina.

"¡Lo logramos!" gritaron todos, celebrando con entusiasmo al ver que su hogar estaba a salvo.

Después de las aventuras y desafíos, Nico entendió que más allá de la emoción de explorar, también era importante cuidar el lugar donde vivían.

"Gracias por ayudarme a abrir los ojos. Nunca pensé que juntos podríamos ser tan fuertes." dijo para sus amigos.

"Siempre estaremos juntos, Nico, en la aventura y en la protección de nuestro hogar!" respondió Guto.

Finalmente, al atardecer, Nico se despidió de sus nuevos amigos, prometiendo volver. Con el corazón lleno de alegría y sabiduría, regresó al jardín, donde sus amigos caracoles lo estaban esperando.

"Contame todo, Nico!" dijeron al unísono.

"¡Fue la mejor aventura de mi vida! Pero lo más importante, aprendí que juntos somos más fuertes y debemos cuidar nuestro hogar."

Nico compartió su historia, e inspiró a sus amigos a soñar y explorar. Desde ese día, el jardín nunca volvió a ser el mismo; todos aprendieron a valorar su hogar y protegerlo, recordando siempre las maravillas que hay por descubrir.

Y así, el pequeño caracol aventurero se convirtió en un héroe en su propio jardín, demostrando que los sueños son valiosos, pero también lo es unirse por un buen propósito.

FIN.

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