El Viaje de Nima y Suma



En la profundidad de la selva, donde el río Ucayali serpentea y la vida florece, vivían dos amigos inseparables: Nima, una curiosa niña, y Suma, un travieso mono. Cada mañana, Nima se despertaba con el canto de los pájaros y el susurro del viento entre las hojas.

"¡Nima! ¡Nima!" - gritaba Suma, mientras saltaba de rama en rama.

"¡Hola, Suma!" - respondía Nima con una sonrisa, mientras se ajustaba su collar de semillas.

Los días transcurrían llenos de aventuras. Un día, Nima se detuvo frente a un antiguo árbol cuyas raíces parecían contar historias.

"Suma, ¿qué creés que hay más allá de la selva?" - preguntó Nima, mirando sus hojas iluminadas por el sol.

"Quizás un lugar donde los sueños vuelan como mariposas, Nima. ¡Vamos a encontrarlo!" - exclamó Suma, emocionado.

Nima y Suma decidieron emprender un viaje en busca de ese lugar mágico. Con la bendición de su comunidad, que les dijo palabras de aliento, llenaron su mochila de frutas y se adentraron en el bosque. Durante su camino, conocieron a un anciano sabio llamado Taita, quien les habló sobre la cosmovisión shipibo y la conexión profunda que tienen con la naturaleza.

"La selva es nuestra madre, les da vida y nosotros le damos agradecimiento. Hay que cuidarla como un tesoro" - les decía Taita.

"¡Sí, Taita! Prometemos cuidarla siempre" - dijeron los dos al unísono.

Mientras continuaban su aventura, Nima y Suma se encontraron con un obstáculo: un enorme río que cruzaba su camino.

"¿Cómo vamos a cruzar, Nima?" - preguntó Suma, asustado.

"No te preocupes, Suma. Podemos construir una balsa con las ramas y las hojas de palma" - sugirió Nima, decidida a no rendirse.

Trabajaron juntos y, tras mucho esfuerzo, lograron construir una rústica balsa. Con valentía, se lanzaron al agua. El torrente del río los llevó contra su voluntad, pero juntos superaron el desafío, llegando al otro lado empapados pero felices.

Al continuar su viaje, encontraron un hermoso claro lleno de flores y mariposas, donde descansaron.

"¡Mira, Nima! ¡Es el lugar de los sueños!" - gritó Suma, lanzándose a jugar.

"Es hermoso, Suma... Pero ¿qué haremos ahora?" - pensó Nima, mirando a su alrededor.

Mientras exploraban, se dieron cuenta de que las flores estaban marchitas, y la belleza del lugar había empezado a desvanecerse. Nima, triste ante tal panorama, decidió hacer algo al respecto.

"Debemos cuidar este lugar, igual que Taita nos enseñó" - dijo Nima con determinación.

"¡Sí! Y podemos usar las semillas de las frutas que traemos" - agregó Suma, entusiasmado.

Ambos comenzaron a plantar semillas por todo el claro. Pasaron días cuidando las flores y observando cómo poco a poco volvían a florecer. Entonces, el lugar comenzó a llenarse nuevamente de vida y color.

Una mañana, mientras trabajaban, escucharon un murmullo entre los árboles. Era Taita, que había venido a ver su valiente esfuerzo.

"¡Hicieron un gran trabajo, queridos amigos! La naturaleza les agradece" - dijo, sonriendo.

Con su ayuda, el abundante y hermoso claro se volvió un lugar de encuentro para toda la comunidad. Nima y Suma aprendieron que el verdadero lugar de los sueños no era un lugar lejano, sino el hogar que creaban al cuidar y amar su entorno.

Finalmente, tras su aventura, regresaron a su hogar, llevando consigo el legado de la sabiduría de sus ancestros.

"Juntos somos más fuertes y podemos lograr lo que soñamos, Suma" - dijo Nima, mirando al horizonte.

"Sí, Nima. ¡Nuestra selva siempre será mágica porque la cuidamos!" - respondió Suma.

Y así, Nima y Suma se convirtieron en guardianes de la selva, enseñando a otros a valorar y proteger su hogar, orgullosos de ser parte de la hermosa cosmovisión shipibo.

"¡Buenos días, Nima!" - repetirían cada mañana, empezando así otro día de aventuras.

Vocabulario:

1. Nima - Nombre de la niña.

2. Suma - Nombre del mono.

3. Taita - Anciano sabio.

4. Huya - Buen día.

5. Oke - Hola.

6. Ishin - Gracias.

7. Pacha - Tierra o mundo.

8. Nete - Sueño.

9. Koni - Vida.

10. Nawa - Madre.

El viaje de Nima y Suma nos enseña la importancia de cuidar nuestro entorno, valorar nuestras raíces y aprender de las enseñanzas de nuestros ancestros, para construir un futuro lleno de sueños y armonía con la naturaleza.

FIN.

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