El Viaje de Oso y Lila



En un pequeño pueblo de Venezuela, donde el sol brillaba fuerte y la gente sonreía, vivían un oso llamado Oso y una mariposa llamada Lila. Oso era un osito curioso que soñaba con aventuras, mientras que Lila era una mariposa de colores radiantes que siempre veía el lado positivo de todo. Un día, mientras exploraban un hermoso bosque, Oso y Lila se encontraron con una gran puerta cubierta de enredaderas.

"¿Qué será esto, Lila?" - preguntó Oso con su curiosidad habitual.

"No lo sé, Oso, pero ¡vamos a averiguarlo!" - contestó Lila emocionada.

Juntos, se acercaron y con un empujón de Oso, la puerta se abrió de golpe. Más allá, vieron un mundo completamente diferente: había árboles de colores, ríos de caramelos y criaturas de todas formas y tamaños.

"¡Wow! Este lugar es increíble, Oso!" - dijo Lila volando de un lado a otro.

Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que algo no estaba bien. Las criaturas estaban inquietas y tristes.

"¿Qué les pasa?" - preguntó Oso a un conejo que estaba sentado bajo un árbol llorando.

"Hemos estado atrapados en este mundo por el malvado Rey Achicador. Él nos quita nuestra alegría y no nos deja salir a jugar. Necesitamos libertad para volver a ser felices" - respondió el conejo entre sollozos.

Oso y Lila se miraron preocupados.

"No podemos dejar que eso siga así, Lila. ¡Debemos ayudarles!" - dijo Oso con valentía.

"¡Sí! Pero ¿cómo vamos a hacer eso?" - preguntó Lila.

Oso pensó durante un momento, luego dijo:

"Tal vez necesitemos reunir a todos los animales de este mundo y hablar sobre lo que está sucediendo. ¡La fuerza de la amistad puede ser poderosa!"

Y así, Oso y Lila se pusieron a trabajar. Reunieron a los conejos, los pájaros, las ardillas, hasta los buffalos, todos se sentaron en un gran círculo frente a la puerta que habían abierto.

"Todos juntos podemos enfrentarnos al Rey Achicador. Haremos un plan para pedirle que nos devuelva la libertad" - explicó Oso.

Los animales, aunque asustados, comenzaron a sentir el poder de la unión.

"¡Sí! ¡Juntos somos más fuertes!" - gritó un gallo.

Con una nueva esperanza, ellos decidieron hacer un gran espectáculo para demostrarle al Rey Achicador que la alegría era mucho más fuerte que su tristeza.

Un día, reunieron a todos los animales y comenzaron a bailar, cantar y reír. Las risas resonaron en el aire y, al poco tiempo, el Rey Achicador llegó, curioso por el ruido.

"¡¿Qué está pasando aquí? !" - gritó enojado, pero sorprendido por la alegría que observaba.

"¡Estamos reclamando nuestra libertad!" - gritaron los animales al unísono.

"Tienen el poder de ser felices, pero lo olvidaron. Los dejaré libres, pero solo si pueden mostrarme lo que es la verdadera felicidad" - dijo el rey, bajando la guardia un poco.

Los animales comenzaron a cantar una hermosa canción de amistad y alegría. Mientras lo hacían, el corazón del Rey Achicador fue cambiando. Se dio cuenta de que la felicidad no podía ser controlada, sino que debía ser compartida.

"¡Lo entiendo! ¡He sido un tonto! Libertad es disfrutar y compartir! ¡Los dejo ser felices!" - exclamó el rey, ahora con una gran sonrisa.

Y así, el Rey Achicador decidió renunciar a su poder y se unió a la fiesta. Oso y Lila, junto a todos los demás animales, celebraron la alegría de la libertad, recordando que juntos podían superar cualquier adversidad.

A partir de ese día, en su pueblo, no solo fueron libres, sino que la amistad se convirtió en su mayor tesoro. Y Oso y Lila siguieron explorando, siempre en busca de nuevas aventuras, pero con el corazón lleno de esperanza.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

FIN.

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