El viaje de Pedro



Pedro subió al camión con mucha alegría. Le encantaba viajar y ver el mundo desde la ventana del camión. Cantaba y hacía gestos graciosos a los demás pasajeros. Pero de repente, sintió un fuerte sacudón y escuchó un estruendo. El camión había chocado con otro vehículo.

- ¡Ay, ay! -gritó Pedro, asustado, agarrándose fuerte al asiento.

El tráfico se detuvo en seguida, y los conductores empezaron a discutir y a gritarse unos a otros. Pedro miraba por la ventana con los ojos muy abiertos, sin saber qué hacer.

- ¿Estás bien, Pedro? -preguntó la señora que iba sentada a su lado, preocupada.

- Sí, pero tengo miedo. ¿Qué va a pasar ahora? -respondió Pedro con voz temblorosa.

La señora le sonrió y le dijo: -Tranquilo, vamos a estar bien. Solo tenemos que ser pacientes y seguir las indicaciones del chofer.

Mientras tanto, el chofer hablaba por teléfono con la policía y pedía ayuda para despejar el tráfico. La señora hizo que Pedro se rebajara, poniéndole en palabras sus miedos. Le explicó que los accidentes pueden pasar, pero que lo más importante es mantener la calma y seguir las instrucciones de los adultos.

Finalmente, la policía llegó al lugar y comenzó a organizar el tráfico. El chofer del camión les pidió a los pasajeros bajar con cuidado y esperar en un lugar seguro. Pedro siguió a la señora, sintiéndose un poco mejor después de su charla.

Después de esperar un rato, el tráfico finalmente se despejó, y otro camión llegó para llevar a los pasajeros a su destino. Pedro subió al nuevo camión con un poco de nerviosismo, pero recordando las palabras de la señora, sabiendo que era importante mantener la calma en situaciones difíciles.

- ¡Vamos, Pedro! -exclamó la señora, animándolo. -Ya pasó lo peor, ahora solo queda disfrutar del viaje.

Pedro le sonrió y asintió, listo para continuar su aventura.

FIN.

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