El viaje de Pedro en el bosque



Había una vez un niño llamado Pedro, de 8 años, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque.

Un día, mientras jugaba cerca del bosque, Pedro se aventuró más allá de su límite habitual y se adentró en lo desconocido. Después de caminar por un rato, Pedro comenzó a darse cuenta de que no reconocía el camino de regreso a casa. El sol estaba empezando a ponerse y el miedo comenzó a apoderarse de él.

Se dio cuenta de que estaba perdido. Pedro decidió mantener la calma y pensar con claridad. Recordó las enseñanzas de sus padres sobre cómo sobrevivir en la naturaleza.

Sabía que debía buscar refugio antes de que llegara la noche. Mientras buscaba algún lugar seguro para pasar la noche, escuchó unos ruidos extraños detrás de los árboles. Siguiendo el sonido, encontró una pequeña cabaña casi escondida entre la espesura del bosque.

Dentro había una anciana amable llamada Doña Rosa. Ella le ofreció comida caliente y le preguntó cómo había llegado hasta allí. Pedro explicó su situación y Doña Rosa decidió ayudarlo a encontrar el camino a casa al día siguiente.

A la mañana siguiente, después de desayunar juntos, Doña Rosa llevó a Pedro al punto más alto del bosque desde donde podría orientarse mejor.

Le dio algunas indicaciones importantes para recordar: seguir siempre hacia abajo para llegar al pueblo y prestar atención a los sonidos familiares del ambiente como el canto de los pájaros o el flujo del arroyo cercano. Pedro siguió las indicaciones de Doña Rosa y comenzó a caminar hacia abajo.

Mientras se adentraba en el bosque, escuchó un ruido familiar: el canto de su perro Max. Siguiendo el sonido, llegó a un claro donde encontró a Max esperándolo con alegría.

Max lo guió de regreso al pueblo sin problemas y Pedro corrió hacia su casa, donde su familia estaba desesperada por encontrarlo. Todos se abrazaron emocionados y Pedro les contó sobre su aventura en el bosque y cómo Doña Rosa lo había ayudado.

Desde ese día, Pedro aprendió que es importante explorar con precaución y siempre mantener la calma cuando te encuentras en una situación difícil. También aprendió que hay personas amables dispuestas a ayudarte cuando más lo necesitas.

Pedro decidió visitar regularmente a Doña Rosa para expresarle su gratitud y aprender más sobre la naturaleza del bosque. Juntos compartieron muchas tardes maravillosas explorando el bosque, siempre recordando la importancia de estar preparados y respetar la naturaleza que los rodea.

Y así, Pedro nunca olvidaría esa experiencia en el bosque ni las valiosas lecciones que aprendió gracias a ella.

FIN.

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