El viaje de Perlita



Había una vez una niña llamada Perlita que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. A pesar de estar rodeada de hermosos paisajes, siempre había soñado con visitar el mar.

Pero como su familia no tenía mucho dinero, nunca habían podido hacer ese viaje. Un día, mientras Perlita caminaba por el pueblo, vio un cartel que anunciaba un concurso de dibujo sobre el mar.

El premio era nada más y nada menos que un viaje para visitar la costa. Emocionada, decidió participar y comenzó a dibujar todo lo que imaginaba sobre el mar: peces multicolores nadando entre algas verdes, barcos navegando bajo un cielo azul y olas gigantes rompiendo en la orilla.

Pasaron los días y llegó el momento del anuncio del ganador. Todos los niños se reunieron en la plaza principal del pueblo para conocer al afortunado. Cuando nombraron a Perlita como la ganadora, no podía creerlo.

¡Finalmente tendría la oportunidad de visitar el mar! Con mucha emoción y alegría, Perlita se preparó para su viaje. Subió al autobús junto con otros niños ganadores de distintos concursos y emprendieron camino hacia la costa.

Al llegar al mar, todos los niños corrieron emocionados hacia la playa para sentir la arena bajo sus pies y escuchar las olas rompiendo contra las rocas. Pero algo extraño ocurrió cuando Perlita se acercó al agua: sintió miedo. "¿Qué pasa?" -se preguntó confundida-.

"¿Por qué tengo miedo? ¡Siempre he soñado con esto!"Perlita se quedó parada en la orilla, mirando cómo las olas iban y venían. Un niño llamado Tomás se le acercó y le preguntó si estaba bien.

"Sí, estoy bien", respondió Perlita un poco avergonzada-. "Es solo que... tengo miedo de meterme al agua". Tomás sonrió amablemente y le dijo: "No te preocupes, yo también tenía miedo al principio.

Pero verás, el mar es como la vida misma. A veces nos da miedo adentrarnos en lo desconocido, pero una vez que lo hacemos, descubrimos cosas maravillosas". Perlita reflexionó sobre las palabras de Tomás y decidió enfrentar su miedo.

Con valentía, dio un paso adelante y sintió el agua fría tocar sus pies. Poco a poco, Perlita fue perdiendo el miedo y se adentró más en el mar. Nadó junto a los peces multicolores que había dibujado en su cuadro ganador del concurso.

Jugó con las olas e incluso construyó castillos de arena. Mientras tanto, Tomás observaba orgulloso desde la orilla. "¡Vamos Perlita! ¡Eres valiente!", gritaba emocionado. Perlita sonrió mientras nadaba hacia él y dijo: "Gracias por ayudarme a superar mi miedo, Tomás.

Ahora sé que no hay nada que temer cuando tienes la confianza suficiente para enfrentarlo".

El viaje de Perlita al mar no solo le permitió cumplir su sueño de conocerlo sino también aprender una valiosa lección sobre el valor de superar los temores. Desde aquel día, Perlita nunca dejó que el miedo la detuviera y se convirtió en una niña valiente y aventurera.

Y así, con su corazón lleno de gratitud y alegría, Perlita regresó a su pequeño pueblo rodeado de montañas, pero con un espíritu marino que siempre la acompañaría.

FIN.

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