El viaje de Piccino


Piccino era un pequeño dinosaurio muy curioso. Siempre estaba haciendo preguntas y buscando nuevas aventuras. Sus papás dinosaurios, Don Branquiosaurio y Doña Tiranosauria, lo amaban mucho, pero a veces se preocupaban por su curiosidad.

Un día, Piccino les preguntó: -¿Por qué el sol sale por la mañana y se esconde por la noche? Quiero saber a dónde va. Sus papás le explicaron pacientemente cómo giraba la Tierra alrededor del sol y por qué teníamos día y noche.

Piccino no quedó satisfecho, quería verlo con sus propios ojos. -¡Voy a descubrirlo! - exclamó emocionado. Piccino decidió emprender un viaje para encontrar dónde se escondía el sol por la noche.

Sus padres, preocupados, le advirtieron sobre los peligros del mundo exterior, pero Piccino estaba decidido. Con una mochila llena de comida y agua, partió en su aventura. En su camino, conoció a muchos animales que le enseñaron sobre la importancia de la amistad y la colaboración.

También debió sortear obstáculos y resolver acertijos para avanzar. Finalmente, después de muchas peripecias, llegó a una montaña muy alta y vio cómo el sol se escondía detrás de ella. Fascinado, comprendió el misterio que tanto lo había intrigado.

De vuelta a casa, Piccino contó a sus papás todo lo que aprendió y les agradeció por prepararlo para ser un aventurero curioso. Desde entonces, disfrutaba cada día con una nueva pregunta en mente, sabiendo que la aventura está en aprender y descubrir el mundo que lo rodea.

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