El Viaje de Pico Profe



Había una vez, en una tranquila granja situada al borde de un extenso bosque, un joven llamado Lucas. Era un chico común, que pasaba sus días ayudando a su madre en las tareas del campo. Un día, mientras recolectaba los huevos de las gallinas, encontró un huevo diferente, brillante y de un azul profundo.

Curioso, Lucas decidió llevar el huevo a casa y cuidarlo.

"¿Qué será esto, mamá?" - preguntó con emoción.

"No lo sé, Lucas. Pero parece especial, cuidalo con cariño" - le respondió su madre con una sonrisa.

Días después, el huevo comenzó a agrietarse y, para gran sorpresa de Lucas, de él emergió un pequeño pajarito amarillo, con un bello plumaje y un brillo especial en sus ojos. Lucas lo llamó —"Pico" . Desde ese momento, la vida en la granja se tornó un poco más mágica. Pico era travieso y siempre se metía en problemas, pero también tenía una curiosidad insaciable.

Un día, mientras volaba alrededor de la granja, Pico se posó en el alféizar de la ventana del granero. Al mirar al campo más allá, pareció mirar el futuro. Allí vio una gran tormenta armándose.

"¡Lucas! ¡Lucas!" - piaba Pico con ansiedad.

"¿Qué pasa, Pico?" - respondió Lucas corriendo hacia la ventana.

"¡Veo una tormenta! Debemos prepararnos!" - dijo Pico en su dulce canto.

Lucas se sorprendió, nunca había escuchado a un pájaro hablar. Sin embargo, entendió que tenía que ser cierto. Rápidamente, corrió a avisar a su madre.

"Mamá, ¡Pico dice que se viene una tormenta!" - exclamó Lucas.

"Entonces, ¡manos a la obra!" - respondió su madre, y juntos comenzaron a asegurar la granja. La tormenta llegó y trajo muchos vientos fuertes, pero gracias a la advertencia de Pico, lograron proteger su hogar.

Días después, Pico mostró nuevamente su asombroso talento. Mientras Lucas recogía hortalizas en el huerto, vio que un grupo de pájaros se acercaba rápidamente.

"¡Lucas! ¡Vienen más amigos!" - empezó a piar Pico. "Aunque serán difíciles de convencer…"

Intrigado, Lucas observó cómo los pájaros revoloteaban con intenciones de robar las verduras. Pik disimuló su deseo de comerlas, como si estuviera tratando de hablar con ellos.

"¡Esperen! ¡No sean así!" - chirrió Pico. "Podemos compartir, ¿por qué no vienen a ayudarnos en el campo?"

Los otros pájaros se miraron entre ellos, titubeando. Pero al ver la valentía de Pico, poco a poco se acercaron.

"¡Está bien! Pero sólo si hay más semillas para todos" - contestó uno de los pájaros más grandes.

Así, Lucas y Pico organizaron un festín en el campo, donde los pájaros ayudaron a cuidar las hortalizas y, a cambio, disfrutaron de su sabor. Con el tiempo, la granja se convirtió en un lugar donde animales y personas compartían y se ayudaban mutuamente.

Pasaron los días y Lucas entendió que tenía un gran amigo en Pico, quien le mostraba el valor de la unión y colaboración. Pero un día, Pico se mostró pensativo.

"Lucas, hay algo que quiero contaros…" - dijo el pájaro en un tono más serio.

"¿Qué sucede, amigo?" - preguntó Lucas intrigado.

"Tengo que irme. La voz del futuro me llama a explorar otras tierras, a seguir aprendiendo y compartir lo que aprendí aquí" - explicó el pajarito. "No te preocupes, siempre volveré para contar mis historias".

Lucas sintió una mezcla de tristeza y orgullo. Era el momento de que Pico siguiera su propio camino.

"Te voy a extrañar, Pico. Pero sé que harás grandes cosas" - dijo Lucas con una sonrisa triste.

Pico, con un revoloteo de sus alas, prometió regresar. Con un adiós lleno de amor, el pequeño pájaro se voló hacia el horizonte, llevando consigo los aprendizajes de la granja.

Desde ese día, Lucas, con el espíritu de Pico en su corazón, comenzó a ayudar a sus vecinos, recordando siempre que en la unión hay fuerza.

Y así, cada vez que veía un pájaro volar, sonreía, recordando a su amigo y esperando escucharlo volver algún día con historias épicas de su viaje por el mundo.

FIN.

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