El viaje de René, Sarita y Flora



René, Sarita y Flora eran tres amigos muy curiosos que vivían en un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad. Un día, decidieron emprender un emocionante viaje juntos para descubrir nuevos lugares y aprender cosas nuevas. "¡Vamos a explorar el bosque que está al otro lado del río!", propuso René con entusiasmo. "¡Sí, quiero ver todos los animales y plantas que viven allí!", exclamó Sarita emocionada. "Yo llevaré mi lupa para observar los insectos de cerca", dijo Flora, mostrando su lupa con una sonrisa. Así, los tres amigos se prepararon para su aventura.

Cruzaron el río saltando de piedra en piedra, se adentraron en el bosque y pronto se encontraron rodeados de árboles altos y sombras misteriosas. Mientras caminaban, descubrieron flores de colores brillantes, escucharon el canto de los pájaros y vieron mariposas revoloteando. "¡Miren esta flor, es tan bonita!", exclamó Sarita señalando una flor roja y amarilla. "¡Tienen que ver esta mariposa azul, es la más bonita que he visto!", gritó René señalando hacia el cielo. "¡Y yo encontré un escarabajo muy curioso con puntos amarillos y negros!", dijo Flora, emocionada mostrando su hallazgo.

Pero de repente, el cielo se nubló y empezó a soplar un viento fuerte. Los amigos se apresuraron a buscar refugio bajo un árbol, mientras la lluvia caía con fuerza. "¿Y ahora qué haremos?", preguntó Sarita preocupada. "Tranquila, esperaremos a que pase la tormenta y luego continuaremos nuestro camino", respondió René tratando de tranquilizarla.

Después de un rato, la lluvia cesó, y los amigos decidieron continuar con su exploración. Sin embargo, se dieron cuenta de que se habían desviado del camino y estaban perdidos en medio del bosque. "No reconozco nada, ¿cómo vamos a encontrar nuestro camino de vuelta?", exclamó Flora angustiada. "Tranquilos, no podemos perder la calma. Recordemos lo que aprendimos en la escuela de orientación en la naturaleza y busquemos señales conocidas para guiarnos", sugirió René con determinación.

Los amigos recordaron las lecciones de orientación que habían aprendido en la escuela, observaron el movimiento del sol y prestaron atención a los sonidos familiares del bosque. Poco a poco, lograron encontrar el camino de regreso al río y, finalmente, regresaron sanos y salvos a su pueblo. "¡Lo logramos! ¡Hemos aprendido a orientarnos en la naturaleza!", exclamó Sarita emocionada. "Y además, descubrimos tantas maravillas en el bosque que nunca olvidaremos", añadió Flora, con una sonrisa en su rostro. René, Sarita y Flora aprendieron que la curiosidad, la determinación y el trabajo en equipo son herramientas valiosas para superar los desafíos y disfrutar de nuevas experiencias. Desde entonces, siguieron explorando juntos, aprendiendo y creciendo en cada aventura que emprendían.

FIN.

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