El Viaje de Román y Selma



Había una vez, en un bullicioso pueblo de Argentina, un simpático pajarito llamado Román y una hermosa mariposa llamada Selma. Ambos eran amigos inseparables, exploraban juntos los campos de flores y compartían historias bajo el gran árbol de la plaza. Sin embargo, un día, tras una pequeña discusión, decidieron separarse.

Selma dijo con tristeza, "Creo que es mejor que cada uno siga su camino. A veces, la amistad necesita un respiro."

Román, aunque dolido, asintió y respondió, "Tal vez tengas razón, Selma. A veces es bueno estar solos para descubrir quiénes somos realmente."

Así fue como Selma voló más allá del campo, y Román, con el corazón pesado, se quedó en su lugar habitual.

Días pasaron, y aunque ambos se sentían solos, decidieron seguir adelante. Selma disfrutó de sus vuelos, pero un día conoció a un hermoso pajarillo llamado Pipo. Él la hizo reír y juntos exploraron nuevos lugares.

"Mirá, Selma, ¡hay un bosque lleno de flores!" exclamó Pipo, volando hacia un colorido jardín.

Selma, emocionada, respondió, "¡Qué hermoso! Nunca lo hubiera descubierto si no hubiera venido contigo."

Mientras tanto, Román también intentó distraerse. Un día, se encontró con un grupo de piezas de rompecabezas, que estaban desesperados porque no podían completarse.

"Hola, amigos. ¿Por qué están tan tristes?", preguntó Román.

"No podemos encontrar la última pieza, y sin ella, el cuadro no estará completo", dijo un pequeño pez azul.

Román sintió compasión y decidió ayudarles. Juntos, comenzaron a buscar la pieza perdida, picoteando aquí y allá, hablando con otros animales del bosque. Sin embargo, tras un largo día de búsquedas, no lograron encontrarla.

Esa noche, mientras observaba las estrellas, Román se dio cuenta de que aunque no había encontrado la pieza, había hecho amigos y se había divertido.

Mientras tanto, Selma se dio cuenta de que aunque Pipo era un gran compañero, no era lo mismo que su amistad con Román. Sabía que había dejado mucha alegría atrás.

Una tarde, mientras Selma y Pipo estaban volando cerca del campo, Selma vio a Román en el jardín ayudando a los demás.

"Pipo, espera un momento. Creo que tengo que hablar con Román. No me siento bien desde que nos separamos," dijo Selma.

Pipo asintió, "Está bien, Selma. Ve a hablar con él. A veces las amistades valen más que cualquier otra cosa."

Con un poco de nervios, Selma se acercó a Román.

"Román, ¿puedo hablar contigo?"

Román, sorprendido, miró hacia arriba y sonrió, "¡Selma! Claro, siempre tendrás un lugar aquí. ¿Cómo has estado?"

- “He estado reflexionando, y me di cuenta de que aunque he hecho un nuevo amigo, tu amistad es única y especial para mí. Me gustaría volver a ser amigos.”

Román sonrió, - “También me he dado cuenta de que aunque nos tomamos un tiempo separados, siempre serás mi mejor amiga. La amistad no se trata de estar siempre juntos, sino de aceptarse y valorarse, ya sea cerca o lejos.”

Los dos hicieron las paces, y a partir de ese día, aprendieron a disfrutar tanto de sus nuevos amigos como de su amistad. Román se encontraba más feliz que nunca y Selma también.

Desde entonces, el pueblo nunca fue el mismo. Todos aprendieron que las amistades pueden expandirse y enriquecerse, y eso es lo que hace la vida más hermosa.

¡Y así, Román, Selma y Pipo se hicieron inseparables y juntos exploraban el mundo! Siempre recordando que aunque a veces se separan, el amor y la amistad siempre encuentran la forma de volver a unirse.

FIN.

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